—¿Cómo se llama usted?
—Soy el capitán Alexandr Ivánovich Volshin, del regimiento del general Kúlnev, respondió el oficial de pronunciados pómulos, poniéndose firme ante Garin.
—¿De qué vive usted?
—Trabajo de jornalero para el general Subbotin, criando conejos. Me paga veinte sous al día y la comida. Antes era chofer y ganaba bien, pero los de mi regimiento me persuadieron para que los representase en el congreso de los monárquicos. En la primera sesión me acaloré y le di en los hocicos al coronel Sherstobítov, partidario del príncipe Kiril. Me quitaron el mandato y me quedé sin trabajo.
—Yo le ofrezco un trabajo peligroso. El sueldo será elevado. ¿Acepta?
—A sus órdenes.
—Irá usted a París. Allí le darán una recomendación. Lo incluirán en plantilla. Con documentos y una credencial saldrá usted para Leningrado… Allí buscará al chiquillo que ve en esta fotografía…