A Ann Hansen, la luz de la oscuridad
Como siempre, doy las gracias a todos quienes me han ayudado: a mi editor, James Frenkel, por el hábil modo en que sigue subiéndome el listón; a mi editora británica, Caroline Oakley, y a la buena gente de Orion por su empeño en seguir tan bien como hasta ahora; a James Minz, por sus magníficas ideas; a Linda Quinton así como al personal de ventas y marketing de Tor, por su pasión y sus triunfos; a Tom Doherty, por su fe, que me anima a seguirme esforzando; a Kevin Murphy por la sobrecubierta merecedora de un premio; a Jeri, por su paciencia; y también quiero dar las gracias al espíritu de Richard y Kahlan, que continúan inspirándome.