15

Hobson Monitoring disponía de una base de datos estándar de periodistas médicos en todo el mundo a quienes enviaba regularmente informes de prensa. Algunos miembros del equipo de Peter argumentaron que aquella convocatoria debería ir también dirigida a los editores religiosos, pero él lo vetó. Todavía se sentía incómodo con las implicaciones morales del descubrimiento. Además, pronto todos, desde el National Enquirer hacia abajo, estarían clamando por una entrevista. Las invitaciones a la conferencia de prensa se hicieron por correo electrónico y mensajero tres días antes del evento. Peter no tenía claro el texto del mensaje, pero Joginder Singh, su encargado de relaciones públicas, defendió indómito que aquélla era la aproximación correcta:


Hobson Monitoring Ltd. le invita a asistir a una conferencia de prensa el jueves 20 de octubre, a las 10.00 en el salón 104 del Centro de Convenciones Metropolitano de Toronto. Anunciaremos un avance científico fundamental. Lo sentimos amigos, pero nada de pistas hasta estar allí. Pero prometemos que esta historia será noticia de primera página en todo el mundo. Habrá conexiones de video disponibles para aquellos que no puedan asistir en persona; pónganse en contacto con Joginder en Hobson Monitoring para los detalles.


Varios periodistas llamaron, intentando descubrir si la historia valía la pena, o si sólo iba a ser el anuncio de un nuevo aparato de hospital. Pero no se dio información por adelantado. Todos tendrían que esperar hasta el jueves por la mañana. Y entonces…

Alrededor de cuarenta reporteros se presentaron en la conferencia de prensa; sólo en una ocasión Hobson Monitoring había reunido más, cuando había anunciado su primera salida pública. Peter conocía a la mitad de los periodistas por su nombre: Buck Piekarz, encargado médico del Toronto Star, Cory Tick, su equivalente en el Globe and Mail; Lianne Delaney de CBC Newsworld; un tipo gordo que cubría las noticias de Canadá para el Buffalo News; un tipo delgado de USA Today; y muchos más. Los periodistas se sirvieron fruta fresca y café mientras hablaban entre ellos. Les sorprendía no haber recibido informes de prensa por adelantado, aunque Peter y Joginder les aseguraron que los informes completos, incluyendo discos de datos y transcripciones de los comentarios de Peter, se distribuirían a la salida. De cualquier forma, varios de los periodistas presentes grabarían la conferencia.

Cathy había cogido un día libre para estar allí con Peter. A las diez menos cuarto, éste se dirigió a la parte delantera del salón. Cathy le sonrió y, a pesar de los nervios en el estómago, él sacó fuerzas de su presencia.

—Hola a todos —dijo, sonriéndoles a todos en turno, pero guardó una sonrisa especial y duradera para Cathy—. Gracias por venir. Por favor, perdonad el secreto… sé que parece un poco melodramático. Pero lo que vamos a anunciar hoy aquí es algo muy especial y queríamos asegurarnos de que los periodistas más responsables fuesen los primeros en oírlo —sonrió.

«Joginder, ¿si pudieses apagar la luz? Gracias. Ahora, todos, mirad con atención al monitor de pared. Cuando salgáis recibiréis copias de la grabación que voy a pasar. ¿Listo? Por favor, Joginder, adelante con la demostración.

Los periodistas miraron atentamente mientras Peter narraba una versión a cámara lenta de los escáneres cerebrales de la muerte de Peggy Fennell. Peter dio detalles algo técnicos, después de todo se trataba de periodistas médicos. Cuando la onda del alma salió de la cabeza de la señora Fennell un murmullo recorrió la audiencia.

—Esa última parte otra vez —dijo Piekarz del Star. Peter le indicó a Joginder que lo hiciese.

—¿Qué es exactamente? —preguntó otro periodista.

Peter miró a Cathy sentada en la primera fila. Le brillaban los ojos. El fingió encogerse de hombros.

—Es un campo eléctrico compacto que abandona el cuerpo por las sienes en el momento de la muerte.

—¿En el momento exacto de la muerte? —preguntó Delaney, la mujer de Newsworld.

—Sí. Es la última actividad eléctrica del cerebro.

—Así que… ¿qué es? —dijo la mujer—. ¿Algún tipo de alma? —dijo la palabra de forma casual, como un chiste, dejándose espacio para retirarse en caso de que se estuviese poniendo en evidencia.

Pero desde que Sarkar había usado el término por primera vez, hacía ya varias semanas, Peter se había acostumbrado a él.

—Sí —dijo—. Eso es exactamente lo que creemos que es. —Elevó la voz, hablándole a toda la sala—. Ahí está, damas y caballeros: la primera grabación científica directa de lo que podría ser el alma humana abandonando el cuerpo.

Se levantó un murmullo, todos hablaban a la vez. Peter pasó las dos horas siguientes contestando preguntas, aunque algunos de los periodistas de medios impresos con hora límite cogieron los informes de prensa y se fueron casi a la vez. Peter dejó claro que sus investigaciones todavía tenían que revelar qué le sucedía exactamente a la onda del alma después de partir… parecía permanecer coherente, pero todavía no había pruebas de que no se disipase poco después de salir del cuerpo. También destacó que todavía había muy pocos datos sobre el contenido o estructura de la onda del alma, y, en particular, sobre qué información contenía, si es que la tenía.

Pero fue igual. La idea del alma era un arquetipo comprendido universalmente. La gente ya estaba segura, en lo más profundo de sus corazones, de lo que representaba la onda del alma. Aquella noche, Cathy y Peter vieron que el reportaje de CBC TV era emitido por la CNN en Estados Unidos y por el BBC World Service. El anuncio estaba por toda la red en pocas horas y fue primera página en las ediciones matutinas del Toronto Star y de varios periódicos americanos, y al día siguiente apareció en las primeras páginas de los periódicos de todo el mundo. En veinticuatro horas, todo el mundo desarrollado conocía el descubrimiento.

De pronto, Peter Hobson era una celebridad.

—¿Todavía tenemos la llamada? —preguntó Donahue, de vuelta a la televisión después de su fallida candidatura presidencial.

—Aquí estoy, Phil. —Donahue puso cara de dolor; se estaban malgastando preciosos segundos.

—Adelante… tenemos poco tiempo.

—Lo que me gustaría saber —dijo la voz del comunicante—, es ¿cómo es realmente la vida después de la muerte?, es decir, ahora sabemos que existe, pero ¿cómo es realmente?

Donahue se volvió hacia Peter.

—Ésa es una muy buena pregunta. Doctor Hobson… ¿cómo es la vida después de la muerte?

Peter se movió en la silla.

—Bien, me temo que ésa es más bien una cuestión para filósofos, y…

Donahue se volvió hacia la audiencia en el estudio.

—Público, ¿estamos preparados para estas preguntas? ¿Realmente queremos conocer las respuestas? ¿Y qué hará América si la vida después de la muerte resulta ser desagradable? —Le habló al aire—. Muéstraselo, Bryan… Número 14.

Apareció un gráfico en pantalla.

—Un sesenta y siete por ciento de las personas en este buen país —dijo Donahue—, cree que la onda del alma demuestra el modelo judeo-cristiano del Cielo y el Infierno. Sólo un once por ciento cree que su descubrimiento, doctor Hobson, descalifica ese modelo.

El gráfico desapareció. Donahue vio una mano levantada al fondo del estudio. Todavía ágil a los setenta y cinco, saltó a la última fila y le metió el micrófono a la mujer bajo la boca.

—Sí, señora. Tiene algo que decir.

—Así es, Phil. Soy de Memphis… allí nos encanta tu programa.

Primero la cara de niño simpático palmeado en la cabeza.

—Gracias, señora. —Luego el rostro de dolor, como si algo se le hubiese quedado atrapado en el gaznate—. Tenemos poco tiempo.

—Mi pregunta es para el doctor. ¿Cree que su descubrimiento le hará ir al Cielo, o va a ir al Infierno por interferir en los misterios de Dios?

Un primer plano de Peter.

—Yo… yo no tengo ni idea.

Donahue hizo su gesto teatral normal que terminaba con el dedo apuntando directamente a la cámara.

—Volveremos…

El zorro latino de pelo cano volvió su rostro hacia la audiencia. Según la prensa sensacionalista, se había sometido al proceso de Life Unlimited, por lo que los televidentes podrían disfrutar de varios siglos de aquel tipo en particular de televisión.

—Vida después de la vida —dijo con voz potente—. En eso nos centraremos en esta edición de Geraldo. Nuestros invitados de hoy incluyen a Peter Hobson, el científico de Ottawa que dice haber filmado el alma inmortal, y monseñor Carlos Latina del arzobispado de Los Ángeles. —Geraldo se volvió al hombre que vestía una sotana negra—. Monseñor… ¿dónde cree que están hoy las almas de esos miembros del clero que abusaron de los niños en los orfanatos de la iglesia?

(Gráfico computerizado de la bóveda del edificio del Capitolio. Música de entrada.)

Locutor De ABC News: «Esta semana con Peter Jennings. Desde nuestro centro en Washington, aquí está Peter Jennings.»

Jennings, pelo gris, severo, mirando a la cámara:

—La onda del alma… ¿hecho o fantasía? ¿Revelación religiosa o verdad científica? Le preguntaremos a nuestros invitados: Peter Hobson, el ingeniero que detectó por primera vez la onda del alma; Cari Sagan, autor del best-seller Ojos de la creación; y Helen Johannes, consejera presidencial sobre religión en América. Una introducción de Kyle Adair. Y uniéndose a mí en nuestro estudio de Washington estarán…

(Plano medio de Donaldson, rasgos marcados a pesar de las arrugas; el tupé, de color marrón crema de zapatos, evidentemente falso.)

—Sam Donaldson…

(Plano medio del canoso Will, ojos opacos y pajarita, con el aspecto de un dueño de plantación retirado.)

—… y George Will. Más tarde se nos unirá la comentarista Sally Fernandez del Washington Post… todo aquí, en nuestro programa del domingo.

(Anuncios: el nuevo automóvil completamente vegetal de Archer Daniels Midland. General Dynamics; «puede que nuestro trabajo sea secreto, pero somos un buen ciudadano corporativo». Merrill Lynch; «porque algún día la economía dará la vuelta».)

(Información de fondo pregrabada.)

(Fundido al estudio.)

Jennings:

—Kyle, gracias.

(Volver a presentar a los invitados y panelistas.)

(Peter Hobson insertado en un monitor de pared, con un texto en lo alto que dice «Toronto».)

Sam Donaldson, inclinándose hacia delante:

—Profesor Hobson, su descubrimiento de la onda del alma podría considerarse como el gran liberador de la gente oprimida, la prueba definitiva de que todos los hombres y mujeres son creados iguales. ¿Qué efecto cree que tendrá su descubrimiento en los regímenes totalitarios?

Hobson, amablemente:

—Perdóneme, pero no soy profesor.

Donaldson:

—Me considero corregido. ¡Pero no evite la pregunta, señor Hobson! ¿Qué efecto cree que tendrán sus descubrimientos en las violaciones de derechos humanos que se producen en el este de Ucrania?

Hobson, después de pensarlo un momento:

—Bien, por supuesto me gustaría pensar que he hecho una aportación en favor de la igualdad humana. Pero parece que nuestra habilidad para hacer lo inhumano ha sobrevivido a todo desafío en el pasado.

George Will, con los dedos unidos:

—Doctor Hobson, al americano medio, luchando bajo el peso de un gobierno excesivo con un apetito voraz por los impuestos, no le importan nada las ramificaciones geopolíticas de su investigación. El americano religioso medio quiere saber, en un lenguaje preciso y sencillo, señor Hobson, exactamente qué características tiene realmente la vida después de la muerte.

Hobson parpadeando:

—¿Es una pregunta?

Will:

—Es la pregunta, doctor Hobson.

Hobson, moviendo la cabeza lentamente:

—No tengo ni idea.

Загрузка...