He inventado un par de enfermedades con propósitos dramáticos para esta novela. El SDCV es una epizootia del ganado sin contrapartida en el mundo real. La EMA también es completamente imaginaria, pero sus síntomas imitan los de la esclerosis múltiple. Aunque la EM no tiene cura por ahora, hay un cierto número de terapias prometedoras que ya han sido introducidas o están en el horizonte. Sin embargo, las novelas de ciencia ficción no deberían ser confundidas con publicaciones especializadas de medicina. Para los lectores que tengan interés en la EM, una de las mejores fuentes disponibles en la red es www.nationalmssociety.org.
El futuro que he extrapolado para Sumatra y el pueblo minangkabau también es en gran parte de mi propia invención, pero la cultura matrilineal de los minangkabau y su coexistencia con el Islam moderno ha atraído la atención de los antropólogos; ver el estudio de Peggy Reeves Sanday, Women at the Center: Life in a Modern Matriarchy [Mujeres en el centro: La vida en un matriarcado moderno]
Los lectores interesados en las corrientes de pensamiento científico sobre la evolución y el futuro del sistema solar puede que deseen echarle un vistazo a The Life and Death of Vianet Earth [Vida y muerte de la tierra] de Peter D. Ward y Donald Brownlee, o a Our Cosmic Origins [Nuestros orígenes cósmicos], de Armand Delsemme para ver información que no haya sido refractada por la lente de la ciencia ficción.
Y una vez más, de entre toda la gente que ayudó a que escribir este libro fuera posible (y también les doy las gracias a todos ellos), el premio al Mejor Jugador de la Liga recae en mi esposa, Sharry.