Apéndice — El milagro de Apu-Punchau

No hay para la mente primitiva ningún género de prodigio más convincente que el que afecta a las obras supuestamente inmutables de los cielos. Puede que la prolongación de la noche por parte de Severian, sin embargo, deje a mentes menos crédulas preguntándose de qué manera es posible lograr tal maravilla sin un cataclismo mayor que el que acompañó la llegada del Sol Nuevo.

Cabe adelantar al menos dos explicaciones. Los historiadores invocan la hipnosis colectiva para explicar todo prodigio múltiplemente atestiguado que no se pueda menoscabar de otra forma; pero no hay ningún hipnotizador verdadero que se preste a producir algo semejante.

Si se descarta la hipnosis colectiva, la única opción parece ser un eclipse en el sentido más amplio: es decir, el paso de cierto cuerpo opaco entre el Sol Viejo y Urth.

En este contexto, ha de señalarse que las estrellas vistas en invierno en la Comunidad aparecen sobre el pueblo de piedra en primavera (presumiblemente debido a la precesión de los equinoccios); pero durante la prolongación de la noche Severian ve las habituales estrellas de primavera. Esto redundaría en favor de la segunda explicación, lo mismo que la manifestación inmediata del Sol Viejo, ya por encima de los tejados, después de la capitulación de los autóctonos. Nada de lo escrito por Severian llega a explicar la verdadera naturaleza del cuerpo opaco; pero el lector atento encontrará poca dificultad en adelantar al menos una especulación plausible.


Gene Wolfe


FIN
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