Quizá hubiera debido casarme con Rubia, o algo así. Una vez Anna y Burt estuvieron formalmente casados, todos regresamos al hotel: Burt se trasladó a la «suite nupcial» (ningún espejo en el techo, decoración interior blanca y rosa en vez de negra y roja, por lo demás todo igual… pero mucho más caro), y Rubia y yo nos fuimos del hotel y alquilamos una pequeña habitación cerca de donde Charleston desciende hacia Fremont. Esto nos situaba a una distancia que podíamos recorrer a pie de la acera rodante que conectaba el Mercado del Trabajo con la ciudad, y eso le proporcionaba a Rubia transporte hacia cualquiera de los hospitales y me facilitaba a mí el ir de compras… de otro modo hubiéramos tenido que comprar o alquilar un caballo y un coche, o bicicletas.
El alquiler era la única virtud quizá de aquella casa, pero para mí fue un refugio de cuento de hadas para una luna de miel, con rosas encima de la puerta. La puerta no tenía rosas y era horrible, y lo único moderno que había en la habitación era una terminal de servicio restringido. Pero por primera vez en mi vida tenía un hogar propio y era un «ama de casa». Mi hogar en Christchurch nunca había sido realmente mío; jamás fui dueña de aquella casa, y constantemente se me había recordado de las más diversas formas que yo era una huésped mas que una residente fija.
¿Saben ustedes lo emocionante que es comprar una cacerola para tu propia cocina?
En una ocasión fui un ama de casa completa cuando Rubia fue llamada a trabajar aquel día y entró de guardia a las veintitrés horas para trabajar toda la noche hasta las siete de la mañana. Al día siguiente cociné mi primera cena mientras Rubia dormía… y quemé las patatas más allá de todo lo imaginable y lloré, lo cual es, creo, el privilegio de una recién casada. De ser así, usé el mío a cuenta del día en que sea realmente una recién casada si se presenta alguna vez… y no una recién casada falsa como en Christchurch.
Fui una buena ama de casa; incluso compré guisantes de olor y los planté en vez de esas rosas trepadoras que faltaban sobre la puerta… y descubrí que cuidar un jardín era más que meter semillas en la tierra; esas semillas no germinaron. Así que consulté la biblioteca de Las Vegas y compré un libro, un auténtico libro con hojas intercambiables y fotografías de lo que debía hacer un buen jardinero. Lo estudié. Lo memoricé.
Una cosa no hice. Aunque me sentí enormemente tentada, no compré un gatito. Rubia se iría algún día; me avisó de que, si yo estaba fuera de casa, tal vez tuviera que irse sin decirme adiós (como yo le avisé a Georges… y lo hice).
No compraría un gatito hasta que supiera con toda seguridad que podía cuidarlo siempre. Un correo no puede llevar consigo un gatito en una caja; como tampoco puedes llevar un bebé. Algún día tendría que irme. Así que no adopté ningún gatito.
Aparte esto, gocé de todas las reconfortantes delicias de ser un ama de casa… incluidas las hormigas en el azúcar y una cañería que se rompió en plena noche, dos delicias que no me importaría repetir. Fue una época realmente feliz. Rubia consiguió que mi cocina fuera mejorando lentamente… yo había creído que sabía cocinar; ahora sabía como hacerlo. Y aprendí a preparar los martinis exactamente de la forma que ella los prefería: tres coma seis partes de ginebra Beefeater por una de vermut seco Noilly Prat, agitar un poco, nada de gotas amargas… mientras yo tomaba Bristol Cream on the rocks.
Los martinis son demasiado fuertes para mí, pero puedo entender que una enfermera con los pies cansados desee uno al momento siguiente de entrar en casa.
Créanme, si Rubia hubiera sido un hombre, hubiera hecho invertir mi esterilidad y hubiera cuidado alegremente de los niños y de los guisantes de olor y de muchos gatos.
Burt y Anna se marcharon a Alabama casi inmediatamente después de casarse, y arreglamos las cosas cuidadosamente para no perder el rastro los unos de los otros. No tenían intención de quedarse a vivir allí pero Anna creía que le debía una visita a su hija (y se debía a sí misma, creo, la posibilidad de mostrarles a su nuevo marido). Después tenían intención de enrolarse en alguna organización militar o cuasimilitar, una que los aceptara a los dos y estableciera un contrato que les permitiera estar juntos. En combate.
Sí. Ambos estaban cansados del trabajo de oficina; ambos estaban dispuestos a dar el paso de abandonar el trabajo rutinario y unirse a un equipo de combate.
— Mejor una intensa hora de vida que una bicicleta de Catay. — Quizá sí. Era su vida.
Me mantuve en contacto con el Mercado del Trabajo porque llegaría el día en que no sólo deseara enrolarme en algo sino que tuviera que enrolarme en algo. Rubia estaba trabajando casi constantemente e intentaba insistir en pagar todos los gastos de la casa.
Yo mantenía las orejas cerradas e insistía en pagar la mitad de todo. Puesto que estaba controlando hasta el último dólar, sabía exactamente lo que costaba vivir en Las Vegas.
Demasiado, incluso en una pequeña habitación. Cuando Rubia se fuera, podría seguir viviendo allí unos cuantos meses, y luego todo acabaría.
Pero no lo haría. Un nido de luna de miel no es un buen lugar para vivir sola.
Continué intentando localizar a Georges y a Ian y a Janet, y a Betty y a Freddie, pero me establecí el límite de dos veces al mes; las tarifas de la terminal eran considerables.
Dos veces a la semana me pasaba medio día en el Mercado del Trabajo, yendo de un lado a otro. Ya no esperaba encontrar un trabajo de correo ni la mitad de bueno del que tenía con el Jefe, pero seguía acudiendo a las multinacionales… que naturalmente utilizaban correos sin experiencia. Y estudiaba todas las demás oportunidades de trabajo, buscando algo, cualquier cosa, que encajara con mis decididamente extraños talentos. El Jefe había insinuado que yo era una especie de superhombre… de supermujer. De ser cierto, puedo atestiguar que hay muy poca demanda de superhombres y supermujeres.
Estudié la posibilidad de ir a la escuela para convertirme en croupier… luego trasladé esa posibilidad al fondo del montón. Un croupier con habilidad, o un encargado de la ruleta, o uno de esos que recogen las fichas con el palo, puede trabajar durante muchos años con un buen sueldo… pero para mí eso sería una rutina mortal. Una forma de sobrevivir, pero no una vida. Mejor enrolarme como soldado y ganar mis dólares en las filas de los campos de batalla.
Pero había otras posibilidades. Nunca había pensado en ellas. Consideren esta:
Madre anfitriona —. Licencia ilimitada, garantizada por la Trans America y/o la Lloyd’s…
ningún cargo extra por partos múltiples hasta cuatrillizos. Emolumentos a convenir.
Entrevista estándar sin compromiso con examen físico por psicométrico de su propia elección. BEBES ILIMITADA, Inc. LV 7962M 4/3 Podía intentar firmar con Bebés Ilimitada o podía hacerlo por mi cuenta. Mi esterilidad condicional sería una ventaja, puesto que lo que los clientes de las madres anfitrionas recelan más es la madre anfitriona que le endosa un niño extra al cliente… se queda embarazada por sus propios medios justo antes de someterse como anfitriona. Lo esterilidad no es un inconveniente puesto que no se utilizan sus propios óvulos; el técnico simplemente manipula las cosas de modo que la química corporal se prepare para recibir la implantación. la ovulación propia es más bien un engorro.
Tener bebés para otra gente podía ser un recurso momentáneo… era posible; y estaba bien pagado.
SE BUSCA: Esposa por 90 días para vacaciones fuera del planeta. Gastos pagados, lujos 9+, excelente prima. Escala física s/W, temperamento sanguíneo 8, escala amativa 7 o por encima. Cliente en poder de licencia de procreación del Imperio de Chicago, dispuesto a renunciar al bebé si ella queda embarazada o financiar proceso esterilización 120 días, a elección de ella. Dirigirse a Amelia Trent, Agente Sexual con licencia, Nuevo Cortés 18/20, Entresuelo.
No era un mal asunto para alguien que deseara tres meses de vacaciones y le gustara la ruleta rusa. Para mí, el quedar embarazada no era ningún peligro, y mi escala lúbrica es superior a siete… ¡muy superior! Pero la escala de primas de prostitución en el Estado Libre no es lo suficientemente alta como para hacer que la paga acumulada sea lo suficientemente interesante como para justificar la pérdida de posibilidades de otros trabajos más permanentes… y ese cliente incógnito era con toda seguridad un terrible aburrido o de otro modo no tomaría en consideración contratar a una desconocida para su cama de vacaciones.
SE NECESITA URGENTEMENTE: dos ingenieros espaciotemporales, cualquier sexo, con experiencia en diseños n-dimensionales. Deben estar dispuestos a correr el riesgo de dislocación temporal no reversible. Participación — Comodidades — Seguro. Condiciones a negociar. Babcock & Wilcox, Ltd. Dirigirse a Wall Street Journal, LV Merc. Trab.
Este era exactamente el tipo de trabajo que yo buscaba. El único problema es que no tenía ni la más mínima cualificación.
La Primera Iglesia Plasmita («En un principio era el Plasma, informe y vacío») tenía un cartel fuera del Mercado indicando horarios y servicios. Un pequeño aviso con letras movibles incluido en él llamó mi atención: «La próxima virgen será sacrificada a las 02:51 del 22 de octubre».
Aquello parecía como un empleo permanente, pero de nuevo era uno para el cual no estaba cualificada. Me fascinó. Mientras estaba mirándolo boquiabierta, un hombre salió y cambió el cartel, y me di cuenta de que me había perdido el último sacramento de la noche y que el siguiente sacrificio en el altar sería dentro de dos semanas, lo cual me dejó desanimada. Pero mi curiosidad me venció, como de costumbre. Le pregunté:
— ¿Realmente sacrifican vírgenes?
— Yo no — respondió —. Tan sólo soy un acólito. Pero… Bueno, realmente no tienen que ser vírgenes. Pero deben parecer vírgenes. — Me miró de arriba a abajo —. Creo que usted serviría. ¿Desea entrar y hablar con el sacerdote?
— Oh, no. ¿Quiere decir que realmente las sacrifican?
Me miró de nuevo.
— Es usted extranjera aquí, ¿verdad?
Lo admití.
— Bien, las cosas funcionan así — prosiguió —. Si usted interviniera en un film en el cual la asesinaran, actuaría de tal modo que ninguno de los espectadores pudieran decir si realmente era asesinada o no. Aquí ocurre lo mismo.
Quizá sí. Lo más probable es que yo solamente fuera un patán recién llegado a la ciudad. O las dos cosas a la vez.
Había montones de anuncios para trabajos en otros planetas o relativos a asuntos de otros planetas. No tenía intención de contratarme para un trabajo en otros planetas porque esperaba salir de la Tierra como colono tan espléndidamente subvencionada que pudiera escoger libremente cualquier colonia, desde Próxima, casi en nuestro regazo, hasta El Reino, tan lejana que tanto la gente como la carga debían ser enviadas en naves-n… excepto que las últimas noticias de El Reino eran que el Primer Ciudadano había cerrado la inmigración a cualquier precio, excepto ciertos artistas y científicos, tras negociación individual. No era que deseara ir a El Reino, por rico que fuera considerado.
¡Demasiado lejos! Pero los de Próxima son nuestros más cercanos vecinos; desde la Isla del Sur su sol está directamente sobre la cabeza de una, como una enorme estrella brillante. Amistosa.
Pero leí todos los anuncios:
La División Transuránida Dorada en Dorado, en torno a Proción-B, deseaba ingenieros de minas con experiencia para supervisar kobolds, cinco años renovables, primas, mejoras. En el anuncio no se mencionaba que en Dorado una persona humana no modificada raramente vive cinco años.
Las Líneas Hiperespaciales estaban contratando gente para el viaje a El Reino vía Próxima, Frontera, Fiddler’s Green, Bosque, Botany Bay, Halcyon, e Intermedio. Cuatro meses de viaje ida y vuelta desde la Estación Estacionaria, un mes de paga al abandonar la Tierra o la Luna, y posibilidad de reenganche. Me salté los requerimientos y pagas de especialidades tales como ultra-astrogador e ingeniero de curvaturas y supercargo y comunicador y oficial médico, pero repasé las demás especialidades:
Camarero, mayordomo, carpintero de mantenimiento, electricista, fontanero, electrónico, electrónico (computadoras), cocinero, panadero, chef adjunto, director social, hológrafo/fotógrafo, ayudante dentista, cantante, instructor de baile, supervisor de juegos, compañera-secretaria-doncella/valet, ayudante del director de crucero, instructor artístico, instructor de cartas, azafata de crucero, instructor de natación, enfermera de hospital, enfermera para niños, maestro de armas (armado), maestro de armas (desarmado), director de orquesta/jefe de banda, director teatral, músico (veintitrés instrumentos relacionados pero exigiendo saber tocar dos o más de ellos), cosmético, barbero, masajista, encargado de almacén, vendedor, jefe de ventas, director de excursiones…..y eso es sólo una muestra. En general, si lo hacían en tierra, podían hacerlo o hacer algo parecido en el espacio. Algunos de los trabajos relacionados se referían únicamente a cosas que podían hacerse en una nave y no tienen traducción posible… ¿qué demonios era un «superesberizador 2/c»?
Una profesión no relacionada es la de «prostituta», pese al hecho de que las Líneas Hiperespaciales se vanaglorian de ser partidarias de la Igualdad de Oportunidades. Por cosas que oí llegué a saber cuán iguales eran esas oportunidades. Si deseas ser contratado para cualquiera de esos trabajos no excesivamente técnicos, ayuda enormemente el que seas joven, agraciado, sano, sensual, bisexual, te guste el dinero, y estés abierto a cualquier proposición razonable.
El propio Capitán de Puerto había sido sobrecargo de la vieja Newton, en la que había ascendido desde mayordomo. En sus días de viajes espaciales una de sus misiones era asegurarse de que sus pasajeros de primera clase tuvieran todo lo que desearan… y que pagaran bien por ello. Como Capitán de Puerto esta sigue siendo aún su finalidad. Dice que prefiere a las parejas casadas o su equivalente sobre cualquier persona sola siempre que puedan trabajar en equipo tanto dentro como fuera de la cama. Oí una historia por el Mercado acerca de un equipo gigoló/puta que se hicieron ricos en sólo cuatro viajes… instructores de baile por la mañana, instructores de natación por la tarde, pareja disponible para el baile antes y después de la cena, cantantes y actores, luego diversiones privadas (individualmente o en equipo) por la noche… cuatro viajes, y listos para retirarse… y tuvieron que retirarse porque estaban quemados, pues ya no eran muy atractivos, ya no rebosaban vitalidad, habían mantenido este ritmo imposible viaje tras viaje.
No creo que el dinero pueda tentarme hasta tal punto. Permaneceré en vela toda la noche si se me pide, pero deseo dormir un poco al día siguiente.
Me pregunté cómo era que las Líneas Hiperespaciales, con sólo cuatro naves de pasajeros, tenía que contratar aparentemente a tanta gente en cada viaje. El ayudante del agente contratador de la compañía me dijo:
— ¿Realmente no lo sabe?
Le dije que, efectivamente, no lo sabía.
— En tres de las escalas puedes quedarte allá pagando una miseria. Otras tres no son tan baratas, pero aceptan algunas habilidades a cambio de la contribución. Sólo en una hay que pagar fuerte para quedarse. Así que la deserción es el problema más grave.
Fiddler’s Green es un lugar tan deseable que el primer oficial de la Dirac abandonó allí la nave hará unos pocos años. La compañía no tiene muchos problemas con la tripulación reclutada aquí… pero suponga que procede usted de Rangoon o Bangkok o Cantón, y está usted en una de las naves de la compañía en Halcyon, y el controlador aparta la vista de usted el tiempo suficiente. ¿Qué es lo que haría?
Se alzó de hombros, y continuó:
— No le estoy diciendo ningún secreto. Todo el mundo que piense en ello sabe que la única forma posible de abandonar la Tierra para mucha gente (incluso de ir a la Luna) es firmar como tripulante en una nave espacial, y luego abandonarla. Yo mismo lo haría, si pudiera.
— ¿Y por qué no lo hace? — pregunté.
— Porque tengo un hijo de seis años.
(¡Debería aprender a meterme en mis propios asuntos!) Algunos de los anuncios despertaron mi imaginación; ese era uno:
Nuevo planeta recién abierto Tipo T-8. Garantizado máximo peligro. Solamente parejas o grupos. Plan de supervivencia mejorado. Churchill & Son, corredores de fincas. Las Vegas, Mercado del Trabajo 96/98 Recordé algo que Georges había dicho, que cualquier cosa por encima de la escala ocho terrestre exigía una enorme bonificación o prima de enganche. Pero ahora sabía más acerca de la escala; ocho era la propia relación básica de la Tierra. Más arriba de eso no era demasiado fácil de dominar. La mayoría de planetas de ese tipo tenían que ser trabajados duramente, remodelados. Este mismo suelo donde apoyaba mis pies había sido apto únicamente para lagartos y animales que se arrastran por el desierto hasta que fue tratado con toneladas de dinero y muchas, muchas toneladas de agua.
Me pregunté acerca de ese «máximo peligro». ¿Era algo que iba dirigido a los talentos de una mujer que era rápida con sus pies cuando se disparaba? Realmente no me atraía ser el líder de un pelotón de amazonas simplemente porque algunas de mis chicas podía resultar muerta y eso no me gustaba. Pero no me importaría enfrentarme a un tigre dientes de sable o su equivalente porque estaba segura de que podía avanzar, zurrarle un poco, y hacerle retroceder antes de que él se diera cuenta de qué era lo que lo atacaba.
Quizá un crudo planeta T-8 fuera un lugar más adecuado para Viernes que un lugar manicurado como Fiddler’s Green.
Por otra parte, ese «máximo peligro» podía derivar de demasiados volcanes o excesiva radiactividad. ¿Quién desea que la oscuridad resplandezca? Piénsatelo bien, Viernes; no vas a tener una segunda oportunidad.
Aquel día permanecí hasta tarde en el Mercado porque Rubia estaba de nuevo en turno de noche. Le había servido su cena cuando llegó a casa aquella mañana, la había acostado a las diez, y había esperado que durmiera al menos hasta las dieciocho. Así que me entretuve hasta que las oficinas del Mercado empezaron a cerrar.
Cuando regresé nuestra casa estaba a oscuras, lo cual me alegró pues tendía a indicar que Rubia había dormido sin interrupciones. Con suerte podría prepararle su desayuno antes de que se despertara. Así que entré sin hacer ruido… y me di cuenta de que la casa estaba vacía. No voy a intentar definir esto, pero una casa vacía no se siente, no huele, no suena como una casa con una persona durmiendo en ella. Me dirigí directamente al dormitorio. La cama estaba vacía. El baño estaba vacío. Encendí las luces. Lo encontré, un largo mensaje en la impresora de la terminal.
Queridísima Viernes, Tengo la impresión de que no vas a llegar a casa antes de que me vaya… y eso probablemente sea lo mejor puesto que las dos íbamos a ponernos a llorar y eso no iba a ayudarnos en nada.
Me llegó mi trabajo, pero no como lo esperaba. Mantenerme en contacto con mi anterior jefe ha dado resultado; el doctor Krasny me llamó poco después de que me fuera a la cama. Es comandante en jefe de un Hospital Militar de Campaña recientemente creado para servir a los Exploradores de Sam Houston. Unos Exploradores ampliados, por supuesto; cada batallón está encuadrado de forma que constituye un equipo de combate triangular, una brigada de ataque. Se supone que no debo decirte dónde estamos montándolo o dónde vamos a ir pero (¡quema esta hoja de papel de impresora una vez la hayas leído!) si vas hacia el oeste desde Plainview, tropezarás con nosotros en Los Llanos Estancados, antes de alcanzar Portales.
¿Dónde vamos a ir? ¡Eso sí es realmente información clasificada! Pero si no atacamos Ascensión, algunas viudas van a cobrar su pensión. Llamé a Anna y a Burt, se encontrarán conmigo en El Paso a las dieciocho y diez, («¿18:10?» Entonces Rubia está ya en Texas. ¡Oh, querida!) porque el doctor Krasny me aseguró que ellos también conseguirían trabajo, o bien como tropas de combate o como auxiliares médicos si se produce alguna dificultad. Hay un trabajo para ti también, querida… combate es lo que tú deseas. O puedo proporcionarte un empleo de tecmed-3 y ponerte a mi lado y ascenderte a sargento mayor (administrativo-médico) si lo demás no funciona, puesto que conozco tus cualificaciones y también las conoce el coronel Krasny. Sería tan bonito estar de nuevo los cuatro — los cinco, quiero decir — otra vez juntos.
Pero no estoy intentando tirar de tu brazo. Sé que hay cosas que te preocupan acerca de tus amigos canadienses que desaparecieron. Si crees que debes quedarte libre para buscarlos… entonces que Dios te bendiga y buena suerte. Pero si deseas conseguir algo de acción con una buena paga, ven directamente a El Paso. La dirección es Inversiones Panhandle, División de El Paso, Oficina de Operaciones de Campo, Factores Ambientales, a la atención de John Krasny, Ingeniero Jefe… y no te rías; simplemente memorízalo y destrúyelo.
Una vez esta operación esté en las noticias podrás alcanzarnos abiertamente a través de la oficina en Houston de los Exploradores. Pero mientras tanto soy «encargada jefe de personal» en «Factores Ambientales».
Quiera Dios velar sobre ti y mantenerte libre de todo daño.
Todo mi amor, RUBIA