Juan Miguel Aguilera, Javier Redal
El refugio

PRESENTACIÓN

En 1989, NOVA ciencia ficción se sentía orgulloso, de presentar un buen libro de ciencia ficción escrito en España: SAGRADA, de Elia Barceló (NOVA ciencia ficción, número 19), una novela corta y una antología de relatos que demostraban que la ciencia ficción española no tenía nada que envidiar a la ciencia ficción traducida del inglés; en definitiva: un libro que encajaba perfectamente en una colección como NOVA ciencia ficción que tiene a gala publicar los mejores títulos de la ciencia ficción moderna.

Pero, aunque el lastimoso hecho no sorprenda a nadie, el libro de Elia Barceló no tuvo, al principio, el mismo ritmo de ventas que otros títulos de la colección. Finalmente ha agotado su tirada, pero con una lentitud exasperante que no se corresponde con su calidad ni con el ritmo de ventas de otros libros de autores norteamericanos publicados en NOVA ciencia ficción. Por desgracia el lector hispano de ciencia ficción sigue reacio a reconocer que el género cuenta en España con autores de gran valía y con obras de gran calidad. Éste es un error que sólo el tiempo y novelas como la que hoy presentamos pueden finalmente corregir.

Tras unos años duros para la ciencia ficción publicada en España, hemos decidido, por fin, recuperar la idea inicial de dar a conocer a los lectores de nuestra colección las mejores obras de este género pertenecientes a los autores españoles más recientes. Sin embargo, no nos sirve cualquier título. En NOVA ciencia ficción, que ha publicado entre otras obras los últimos premios Hugo (ocho desde el obtenido por Orson Scott Card en 1986 con El JUEGO DE ENDER, sólo tienen cabida obras ambiciosas y de calidad. El hecho de incluir autores españoles no supone una reducción del nivel de exigencia de la editorial. SAGRADA y El REFUGIO, la novela que hoy presentamos, satisfacen claramente ese nivel de exigencia pese a representar tendencias distintas dentro de la ciencia ficción.

En la ciencia ficción norteamericana es frecuente encontrar obras fruto de la colaboración de dos autores. Me refiero a colaboraciones verdaderas, y no a esas novelas que invaden el mercado y que sólo han nacido de la voluntad de un editor desaprensivo en el momento de utilizar el tirón comercial del nombre de un autor famoso como Clarke, Asimov, Farmer o Zelazny.

La verdadera colaboración de dos autores persigue la unión de sus capacidades para producir una obra conjunta en la que resulta difícil, por no decir imposible, separar la participación individual de cada uno. Un ejemplo típico fue la unión de Frederik Pohl con Cyril M. Kornbluth para la escritura de diversas obras, entre las que destaca la inolvidable MERCADERES DEL ESPACIO (1953). Más reciente es el trabajo conjunto realizado por Larry Niven y Jerry Pournelle en obras ya clásicas como LA PALA EN EL OJO DE DlOS (1974).

Siempre he pensado que hace falta una gran capacidad de compenetración para lograr esa colaboración en un acto tan individual y solitario como es el de escribir. Pohl cuenta en sus memorias cómo trabajaban él y Kornbluth, y resulta francamente sorprendente: a veces uno escribía mientras el otro dormía para, al despertar este último, continuar con la narración en el punto donde el compañero la había dejado.

Otra posibilidad, menos asombrosa pero no menos difícil y efectiva, consiste en que los dos autores comenten, discutan, colaboren y, en definitiva, conjuguen habilidades complementarias para que la obra surja, al fin, como fruto de la sinergia de dos personalidades. Así es posible lograr, por ejemplo, unir la imaginación más desbocada con el rigor, la seriedad y la verosimilitud en la explicación de las más asombrosas especulaciones.

En este último grupo hay que incluir al dúo valenciano de la ciencia ficción española, el formado por el biólogo Javier Redal y el diseñador gráfico Juan Miguel Aguilera. Redal y Aguilera, o Aguilera y Redal, que «tanto monta, monta tanto», aportan un punto de vista nuevo a la ciencia ficción escrita en España: el de la amena space opera unida a la especulación científico-tecnológica de la mejor ciencia ficción hard.

Hablemos primero de los autores. Después comentaremos la novela.

Javier Redal es profesor de Biología en un instituto valenciano. Tras una intensa actividad epistolar, comenzó a publicar ciencia ficción en la revista Nueva Dimensión con el relato Naufragio en Titán (ND 109, 1978), saludado por sus editores con el inevitable «¡Un Clarke español!», que daba la bienvenida a la más sólida incursión de la ciencia ficción hispana por los difíciles caminos de la vertiente hard del género. Siguieron nuevos relatos y también diversos artículos de divulgación científica en los que Javier Redal mostraba, con gran amenidad, sus conocimientos abrumadoramente enciclopédicos.

Cuando en su día le pedí un relato para mi fanzine Kandama, Redal me hizo llegar una narración breve, Sol, escrita en colaboración con Ernesto Garzón, uno de sus alumnos. Demostración precoz de su voluntad y capacidad para colaborar con otros autores, que apareció en el número 2 de Kandama, en la primavera de 1981.

Poco después, en junio de 1981, Nueva Dimensión publicaba uno de esos artículos que despiertan de forma irremediable uno de los peores de mis muchos defectos habitualmente aletargados: una verde envidia que, todo hay que decirlo, suele ir acompañada de una gran admiración. El texto de Javier llevaba por encabezamiento «Es el título de este artículo» es el título de este artículo y era la culta e inteligente reseña e interpretación que Redal hacía de un libro de Douglas R. Hofstadter: Gödel, Escher, Bach: an Eternal Golden Braid, conocido como (GEB:EGB entre los especialistas. Se trataba entonces de un libro muy reciente pero que ya había alcanzado la categoría de «texto sagrado» entre algunos estudiosos de la informática. Mi sorpresa fue mayúscula al ver que, al margen del reducido grupo de universitarios e informáticos entre quienes me movía, otro «loco de la ciencia ficción» conocía el libro. La envidia surgió, espontánea, cuando me di cuenta del gran jugo que Javier había sabido sacar del libro de Hofstadter (otro ejemplo paradigmático de mis envidiados con admiración). Desde entonces aprendí a respetar la inteligencia y la curiosidad de Javier Redal, y sigo sorprendiéndome del carácter enciclopédico de sus conocimientos.

Juan Miguel Aguilera es más joven que Javier Redal. Para algunos, puede parecer el elemento más activo del dúo, o al menos el más imaginativo. Aunque eso será siempre difícil de precisar.

Juan Miguel es diseñador gráfico y, junto con Paco Roca y otros miembros del equipo TRAZO, se encarga, desde este año 1994, de ilustrar las portadas de NOVA ciencia ficción. Como detalle interesante debo mencionar que las ilustraciones están realizadas, en su mayor parte, con las técnicas infográficas del diseño por ordenador. Una novedad que me pareció adecuada para una colección como NOVA ciencia ficción. Como era lógico, el mismo Juan Miguel ha realizado la portada y las ilustraciones de este libro.

Juan Miguel Aguilera publicó su primer relato de ciencia ficción en Nueva Dimensión. Era, cómo no, una colaboración con Javier Redal aun cuando parece que Redal sólo aportó la idea de una hiperesfera. El cuento se titula Sangrando correctamente (ND 136, 1981), e inició una fructífera colaboración.

El lector debería también saber que la novela de ciencia ficción favorita de Juan Miguel Aguilera es La PAJA EN EL OJO DE DlOS (1974), escrita a dúo por Larry Niven y Jerry Pournelle. Eso da idea del tipo de ciencia ficción que le gusta y, en definitiva, de la que escribe. También da idea de lo natural que le parece a Juan Miguel ese curioso fenómeno que es escribir a dúo. El dato curioso es que Juan Miguel Aguilera tiene, además, un asombroso parecido con Larry Niven, uno de sus autores favoritos a quien gana claramente en simpatía y juventud. Creo que la primera vez que vi en persona a Juan Miguel fue en la HlSPACON de 1991, en Barcelona, y desde entonces no se ha librado de mis repetidas bromas sobre «el Larry Niven español».

Un editor más lanzado, con los datos que les he ofrecido hasta ahora, hablaría tal vez de Redal y Aguilera como de los Clarke y Niven españoles. Yo no voy a hacerlo por dos razones importantes: la primera es que no me consta que Clarke y Niven hayan escrito ciencia ficción a dúo. La segunda es que, en el caso de que lo hicieran, no estoy seguro de que obtuvieran resultados comparables a los de Redal y Aguilera. En cualquier caso, como soy persona complaciente, si alguna vez Clarke y Niven colaboran y escriben a dúo, no me costará considerarles los Redal y Aguilera anglosajones. Pero sólo si se lo merecen…

Como equipo de narradores, Redal y Aguilera alcanzaron un verdadero éxito de crítica y público con su primera novela, MUNDOS EN EL ABISMO (1988, Ultramar), la primera ambientada en el universo galáctico de Akasa-Puspa. A ese universo de ficción retornaron con su segunda novela, HIJOS DE LA ETERNIDAD (1990, Ultramar), y con relatos como Ari, el Tonto (BEM 20, mayo 1992) o la novela corta Las garras del vórtice, finalista de la edición de 1992 del Premio UPC de ciencia ficción.

MUNDOS EN EL ABISMO es «una moderna space opera de ciencia ficción hard, en un libro inusual en España por su atención a los temas científicos», tal y como la describe la prestigiosa The Encyclopedia of Science Fiction editada por John Clute y Peter Nicholls (1993). Como no podía ser menos, tanto Aguilera como Redal cuentan con sendas entradas propias en dicha enciclopedia.

Según me indica quien tiene información fiable, MUNDOS EN EL ABISMO ha sido un verdadero éxito editorial en un mercado que no se caracteriza por aceptar con facilidad la obra de autores españoles. Como toda la obra de Redal y Aguilera, Mundos EN EL ABISMO cuida el punto de vista científico al estilo de las grandes realizaciones de la ciencia ficción hard anglosajona. La saga de Akasa-Puspa es una vasta epopeya que transcurre en un lejano cúmulo espacial, aun cuando se ignora cómo llegaron los seres humanos hasta allí. La novela contrapone los intereses de los sacerdotes (de una religión inspirada y prácticamente heredera del hinduismo), los militares y los científicos en un escenario de gran magnitud y complejidad. Incluye, como es habitual en la obra de estos autores, curiosas descripciones de las naves espaciales, así como una sorprendente fauna espacial y la base biológica que puede hacerla verosímil.

El lector interesado puede profundizar en el universo imaginario de Akasa-Puspa y, sobre todo, en la curiosa dinámica de creación a dos en la interesante entrevista que los autores concedieron a Bem, la revista de la ciencia ficción española. Fue en el número 10, correspondiente a mayo de 1991 (recuerden, no hallarán BEM en librerías ni quioscos y conviene solicitarlo a: BEM, Apartado de Correos 2061, Principado de Andorra. Si les interesa tan sólo un poquito la ciencia ficción, deberían estar suscritos a Bem. Estoy seguro de que me agradecerán el consejo).

Un extracto de esta entrevista ilustrará el modo de trabajar del dúo. Habla Juan Miguel Aguilera:


Nuestros talentos se complementan. Para mí, imaginar argumentos y situaciones es bastante fácil. En realidad, si Javier se queja de algo, es de mi exceso de ideas, que le obliga a cambiar una y otra vez lo ya escrito para añadir cosas nuevas. Sin embargo, yo pienso en imágenes. […] De esta forma, la mayor parte de las escenas empiezan con una imagen. Una imagen absurda en ocasiones, pero que excita mi sentido de la maravilla. Algo así como ballenas flotando en un gigante gaseoso. Javier coge esto, y lo justifica impecablemente desde el punto de vista científico.


La entrevista, que data de 1991, cita precisamente esas «ballenas flotando en un gigante gaseoso» que, supongo, podría ser el origen de la novela que hoy presentamos. Pero, como no podía ser menos, ésta es una novela que tiene historia.

La historia de El REFUGIO se remonta a 1990, cuando la editorial Salvat-Ultramar, satisfecha precisamente por la cifra de ventas alcanzada por libros como MUNDOS EN EL ABISMO, anunció su Premio Salvat-Ultramar de Ciencia Ficción. Redal y Aguilera concurrieron al premio bajo el seudónimo Alvy Singer con la novela El escondite. Las desventuras de la editorial impidieron que el premio llegara a concederse y, de hecho, Salvat-Ultramar dejó de publicar ciencia ficción en 1991. Pero, como miembro del jurado, puedo decir que, aun cuando no se hubiera llegado a la votación final, el sentimiento general de los miembros del jurado era que la novela ganadora sería El escondite, francamente muy superior a los otros títulos finalistas.

Cuando en 1993 me decidí a publicar en NOVA ciencia ficción un nuevo libro de autor español, les pedí a Redal y Aguilera que me permitieran publicar El escondite. Mi sorpresa fue grande cuando, tras decirme que la habían reescrito, recibí un manuscrito con el titulo El REFUGIO y que, aun siendo El escondite que yo recordaba, resultaba francamente distinta y mejor.

En El escondite, el protagonista principal era un franciscano, de nombre Rafael Sánchez, y la historia estaba narrada en primera persona. En El REFUGIO, la visión es coral, como corresponde a una trama cuyo protagonista real es toda la humanidad. Tal vez por haberlo anunciado en la ya citada entrevista de BEM, los autores conservaban un personaje con el mismo nombre y distinto sexo, Susana Sánchez, que había pasado, eso sí, a ser una atea convencida…

Pese a que El escondite ya era una novela larga, se había dilatado en la nueva versión, mucho más cuidada en los detalles y más dinámica en las escenas de acción. Tras unos pequeños ajustes posteriores para entrar más pronto en la trama principal, El REFUGIO que hoy presentamos es la versión definitiva de una obra en la cual los autores han estado trabajando, con las lógicas interrupciones, durante casi tres años.

La trama principal de El REFUGIO se sintetiza con sencillez: en el año 2024 un heterodoxo arqueólogo jesuíta descubre en Marte las ruinas de una civilización desaparecida. Poco después, en el año 2029, aparece una forma de vida vegetal no terrestre sobre el lecho seco del mar de Aral, en el centro de la meseta de Ustyurt. Finalmente, en el año 2034 una inesperada Tormenta de positrones se convierte en la más inimaginable catástrofe cósmica que se abate sobre la Tierra. Tras el Exterminio, la humanidad diezmada se esfuerza en salir adelante, mientras una expedición espacial parte en busca de los culpables. En el curso de su viaje descubrirá una amenaza que, en realidad, empezó millones de años atrás.

De nuevo, Redal y Aguilera han creado una interesante novela que une la amenidad de la space opera con la riqueza especulativa de la mejor ciencia ficción hard. La tesis central, una arriesgada hipótesis biológico-genética que los autores explican brillantemente, Y las sorprendentes visiones de la biotecnología (la ingenética en denominación de los autores), de la comunicación con otras especies, y del pasado y futuro de la humanidad confieren a EL REFUGIO los trazos definitivos de la mejor ciencia ficción hard, una «rara avis» en la ciencia ficción española.

Me atrevo a afirmar que, con El REFUGIO, Redaly Aguilera (Aguilera y Redal), alcanzan la madurez en una difícil modalidad del género. Esta novela es una maravilla de imaginación especulativa que establece de forma definitiva la mayoría de edad de la ciencia ficción española. Y lo hace precisamente en un subgénero que, hasta la aparición de Redal y Aguilera, apenas se había cultivado en España.

EL REFUGIO difiere de SAGRADA, por ejemplo, en el hecho central de que, como es habitual en la ciencia ficción hard, no son los protagonistas individuales y sus conflictos emotivos los elementos principales del relato. El protagonista en El REFUGIO es, por una parte, la humanidad como especie y, por otra, la tecnología (la ingenética en este caso) y la ciencia.

Les aconsejo que, al leer la novela, hagan lo posible por «visualizar» las descripciones. Tal como dice Aguilera, las imágenes son importantes para disfrutar del sentido de la maravilla que encierra la tecnología que imaginan los autores. Y ello sin olvidar la idea de fondo, una buena especulación biogenética que sorprenderá a muchos por su audacia. Eso es, en definitiva, lo que uno espera de una buena novela de ciencia ficción hard.

Como profesional con cierta experiencia en la edición de ciencia ficción en España, resulta doloroso saber que este libro está condenado a una cifra de ventas francamente menor que la que logrará, por ejemplo, la enésima novela de Gentry Lee gracias a la firma de Arthur C. Clarke.

Hay en EL REFUGIO la misma riqueza temática que podemos encontrar, por ejemplo, en las mejores obras del Clarke de los años de plenitud: una visión cosmopolita de personajes y situaciones, un trasfondo de culturas y poderes, sin olvidar la religión, unas especulaciones científico-tecnológicas atrevidas y bien justificadas, la descripción detallada y efectiva de una tecnología suficientemente avanzada para que nos parezca, en términos que popularizara el mismo Clarke, análoga a la magia, etc.

Todos estos son los elementos que han hecho famosa en todo el mundo la obra de autores como Arthur C. Clarke, Gregory Benford, Larry Niven o John Varley. Elementos que, el lector podrá constatarlo, se hallan presentes en El REFUGIO, una novela a la cual sólo el hecho de haber sido escrita en España y en castellano le va a hurtar el triunfo popular que habría obtenido en todo el mundo si, simplemente, hubiera sido escrita en inglés y en Norteamérica.

En cualquier caso, si ustedes supieron divertirse con las maravillas y sorpresas tecnológicas de obras clásicas como Encuentro con Rama, encontrarán francamente brillantes las descripciones de gran potencia visual que enriquecen EL REFUGIO.

Y, tras la lectura de la novela, deténganse un momento a reflexionar. Estoy seguro de no exagerar cuando digo que Redaly Aguilera no tienen nada que envidiar a autores como Clarke, Niven o Benford. Su único problema, y uno de los más graves de los escritores de ciencia ficción españoles, es que no puedan ganarse la vida escribiendo obras del tipo MUNDOS EN EL ABISMO o El REFUGIO, como logran hacer Clarke, Niven, Benford y otros. Estoy seguro de que hay en ello una profunda injusticia. De ustedes depende que se vaya corrigiendo…


MlQUEL BARCELÓ

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