Nuestros lectores habituales saben que NOVA ciencia ficción, iniciada en 1988, es una colección especializada que carece en gran medida de títulos clásicos, ya publicados en su momento por otros editores. También saben que, poco a poco, como mínimo una vez al año, vamos incorporando a nuestra colección obras en cierta forma inolvidables en la historia del género. Aunque en ocasiones pueda tratarse de una operación arriesgada desde el punto de vista comercial, considero imprescindible incluir en NOVA ciencia ficción algunos clásicos indiscutibles que acompañen a los buenos títulos del presente que, ésos sí, están siempre presentes en nuestras publicaciones.
De ahí las reediciones, concebidas a veces como homenaje, que aparecen con una cierta periodicidad en NOVA ciencia ficción. Por otra parte, la particular y sesgada historia de la edición de ciencia ficción en España me permite encontrar de vez en cuando algún clásico indiscutible o algún título para mí imprescindible que aparece en castellano por primera vez, precisamente en NOVA ciencia ficción. Así ocurre con este TAU CERO de Poul Anderson que (¡finalmente!) logramos presentar.
Homenaje fue la publicación de CIUDADANO DE LA GALAXIA (1957) de Robert A. Heinlein, publicado en NOVA ciencia ficción, número 18, en 1989, un año después de la muerte de un autor de gran importancia en el género. También un homenaje, aunque de otro tipo, fue CÁNTICO POR LEIBOWITZ (1960) de Walter M. Miller Jr., publicada en NOVA ciencia ficción, número 47, en 1992. Es ocioso decir que es una de las mejores novelas que ha ofrecido la ciencia ficción de todos los tiempos.
Cuando en 1991 emprendimos la publicación íntegra y ordenada de la serie de LOS SEÑORES DE LA INSTRUMENTALIDAD de Cordwainer Smith (publicada en NOVA ciencia ficción, en los números 37, 38, 59 y 70), en la que incluimos textos hasta entonces inéditos en formato de libro en todo el mundo, ya no se trataba de una simple reedición de un clásico, sino de una labor editorial que me pareció necesaria para rendir justicia a una de las obras y a uno de los autores más sugerentes de la ciencia ficción de todos los tiempos.
En 1993, el clásico de NOVA ciencia ficción fue una novela que, sorprendentemente, seguía inédita en España: MISIÓN DE GRAVEDAD (1953) de Hal Clement, que se publicó en el número 55 de la colección, precisamente tras cuarenta años de cosechar éxitos en todo el mundo. Un historial que le ha merecido la consideración de novela emblemática de la ciencia ficción hard, brillantemente centrada en los aspectos científicos y tecnológicos de este género.
En 1994, nuestro clásico fue CRONOPAISAJE (1980) de Gregory Benford (NOVA ciencia ficción, número 66) que, indiscutiblemente, es la mejor novela sobre la relación existente entre ciencia y ciencia ficción. Y en 1995 se trató de la edición íntegra, en un único volumen, de todos los relatos de la emotiva saga de EL PUEBLO de Zenna Henderson (NOVA ciencia ficción, número 75).
Como puede verse, desde 1989 hemos publicado, como mínimo, un título «clásico» cada año. Para los curiosos diré que el de 1990 fue RADIX (1981) de A. A Attanasio, en el número 27 de la colección. Se trata de un libro sorprendente y una impresionante muestra de la desbordante imaginación que sólo la mejor ciencia ficción puede ofrecer. Tal vez un «clásico» particular de este editor que, sin ningún complejo, reivindica el derecho a sus propias filias…
Posiblemente nuestro «clásico» de 1996 fuera otro de esos títulos que el editor considera imprescindibles, a pesar de no ser excesivamente famosos. Fue ese maravilloso RITO DE CORTEJO (1982) de Donald Kinsbury, publicado en el número 82 de la colección. Se trata de una obra que ha sido comparada frecuentemente con DUNE de Frank Herbert, aunque surca con mayor seguridad los mares de una brillante ciencia ficción centrada en la antropología, sin olvidar las raíces ecológicas, ni la interesante psicología de sus personajes.
Estoy convencido de que la perspectiva ofrecida por estos títulos en cierta forma «clásicos» permite apreciar mejor la riqueza de la ciencia ficción moderna y entender su evolución. Una evolución que se apoya precisamente en los hitos que ciertos títulos, ya históricos, representaron en su tiempo.
Y con eso llegamos a este TAU CERO de Poul Anderson que hoy presentamos, tras algunas que otras vicisitudes. En realidad es un proyecto en el que llevo embarcado desde hace más de siete años… Casi nada.
En realidad, Anderson sigue siendo un autor tan sólo parcialmente conocido en España, donde los editores no parecen haberle prestado el debido interés en las últimas décadas.
Pese a ser uno de los más prolíficos autores de la ciencia ficción, varias de las más famosas novelas de Anderson siguen inéditas en castellano. Un título muy representativo era, hasta hoy, TAU CERO (1970), la historia de una exploración interestelar a velocidades casi lumínicas, y que se detiene en el análisis de la conmoción psíquica que representa la relatividad y los problemas de convivencia que se producen en el espacio físico de la nave. La fama de esta novela de Anderson es tal que ha sido en cierta forma homenajeada en REDSHIFT RENDEZVOUS (1990) de John E. Stith; tal vez en la misma línea que adoptara Robert L. Forward al escribir HUEVO DEL DRAGÓN (1980), siguiendo la huellas de otro clásico como MISIÓN DE GRAVEDAD (1953) de Hal Clement.
Para contribuir a paliar este desconocimiento, hace unos años me propuse el proyecto de traducir TAU CERO para publicarlo en NOVA ciencia ficción. Llevó tiempo encontrar los derechos y un ejemplar en inglés para las labores de traducción (yo la había leído en francés), e incluso el propio Anderson colaboró enviándolo personalmente. Cuando ya estaba todo prácticamente dispuesto, se publicó en Estados Unidos LA NAVE DE UN MILLÓN DE AÑOS (1989), posiblemente una de las más ambiciosas novelas de Anderson hasta la fecha, en la que aborda con gran maestría el tema de la inmortalidad.
Ante la inesperada sorpresa que supuso LA NAVE DE UN MILLÓN DE AÑOS, decidí cambiar de planes. Me pareció más adecuado iniciar la publicación de Poul Anderson en NOVA ciencia ficción con la nueva e interesante novela que, tras haber sido finalista de los premios Hugo y Nebula, marcaba el triunfal retorno de uno de los grandes autores clásicos de la ciencia ficción.
Tras LA NAVE DE UN MILLÓN DE AÑOS (y el añadido interpuesto de COSECHA DE ESTRELLAS) aquí esta (¡por fin!) TAU CERO, un título clásico de la ciencia ficción, como reconoce, por ejemplo, David Pringle, al incluirla entre «las cien mejores novelas de ciencia ficción», en su libro del mismo título publicado en 1985. Lo es, sin ninguna duda.
El mismo Pringle cita el comentario laudatorio de un autor tan distinto a Anderson como Barry Malzberg, quien considera TAU CERO una novela magnífica. No me resisto a transcribirlo:
TAU CERO me sorprendió en mi adolescencia como la única obra de ciencia ficción publicada desde 1955 que me sugirió ciertas nociones: un sentido de la inexistencia del tiempo, de la eternidad humana y del orden del cosmos reflejado en el destino de todo aquel que intente medirse frente a esos conceptos. […] La novela crece hasta un clímax arrollador y, al mismo tiempo, pone de manifiesto una gran humildad.
Poco voy a decir aquí del argumento, me temo que demasiado conocido incluso en España, sobre todo teniendo en cuenta que los aficionados se han visto condenados a hablar durante años de una novela inédita en castellano y con una tesis de ciencia ficción hard bien conocida. Su resumen ha aparecido en el citado libro de Pringle, en mi CIENCIA FICCIÓN: GUÍA DE LECTURA y en cualquiera de las enciclopedias del género. Ya he dicho que se trata de un clásico indiscutible: se menciona en todas partes.
La época es el siglo XXIII. Los personajes son cincuenta especialistas, hombres y mujeres elegidos tras un largo y cuidadoso proceso de selección destinado a incorporar sólo personal particularmente entrenado en el viaje espacial y excepcionalmente apto para desarrollar con éxito una nueva colonia. La nave es la Leonora Christine, la más reciente de su clase. Y todos los esfuerzos están puestos al servicio de una única misión: viajar a través del espacio interestelar hasta un lejano planeta donde debe establecerse una colonia terrestre.
Sin embargo, dos años después de su partida, la Leonora Christine colisiona con una nube de desechos del espacio, se avería y la ruta se altera. Todos se ven irremediablemente obligados a seguir un viaje presuntamente sin fin hacia lo desconocido.
A partir de esta idea, lo interesante es la forma en que Anderson expone sus especulaciones cosmológicas. Incluso un crítico tan severo con la ciencia ficción hard como John Clute, el editor de la ENCICLOPEDIA ILUSTRADA DE LA CIENCIA FICCIÓN (Ediciones B), ha dicho de TAU CERO:
Sus especulaciones en cosmología son fascinantes y la hipótesis que desarrolla está sorprendentemente bien concebida.
O, como dice el mismo David Pringle en su comentario, al incluirla entre las cien mejores novelas de ciencia ficción, TAU CERO es:
Ciencia ficción tradicional: una aventura espacial concebida a escala galáctica, y un relato con gran «sentido de lo maravilloso», que explota las perspectivas de la cosmología moderna para mostrar una brillante secuencia de importantes descubrimientos conceptuales.
En efecto. TAU CERO es una novela clásica, imprescindible en la historia de la ciencia ficción, que por fin aparece en España, precisamente treinta años después de la primera publicación en forma de novela corta, en el número de agosto de 1967 de la revista Galaxy Science Fiction. Allí apareció como TO OUTLIVE ETERNITY (Para sobrevivir a eternidad), un título que yo prefiero, pero que cedió su lugar en la historia a ese TAU CERO que corresponde a la publicación en 1970 de esa misma narración ampliada hasta la extensión de novela. La versión que, a partir del ejemplar que nos envió el mismo Poul Anderson, presentamos hoy.
Después de tantos años de intentar publicar esta obra, es un orgullo y una satisfacción ofrecérsela. Que ustedes la disfruten.
MIQUEL BARCELÓ