Oro noble de sabias palabras labrado,
destinado a las manos que aún no han nacido,
triste exiliado del mundo por la madre O.
Ella así lo quiso.
Ella así lo decidió.
Permanecerás oculto en las profundidades de la tierra.
hasta que los cielos refuljan y los astros inicien su camino.
Entonces, sólo entonces, la tierra te escupirá de sus entrañas,
acudirás obediente a su mano blanca
y la ungirás de rojo.
Fuego y sangre, inseparables,
en el cetro de poder de la madre de O.
Fuego y sangre para la elegida que poseerá el cetro.
Sangre y fuego para la elegida que será poseída por el cetro.
El cetro de O gobernará a las descendientes de O.