Robert Jordan La corona de espadas

Para Harriet

El mérito, de nuevo, es suyo

«No podemos tener salud ni nada bueno puede crecer, pues la tierra es una con el Dragón Renacido y él es uno con la tierra. Alma de fuego, corazón de piedra, altivo conquista y obliga a los altivos a doblegarse. Conmina a las montañas a que se arrodillen, a los mares a que le abran paso, y al propio firmamento a que le rinda pleitesía. Ojalá el corazón de piedra recuerde el llanto y el alma de fuego, el amor».

Fragmento de la controvertida traducción

de Las Profecías del Dragón

por la poetisa Kyera Termendal, de Shiota,

supuestamente publicada entre el 700 y el 800 AL

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