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Soy Nick Ssu-ma Lloyd Tennyson Cadge Foster Will Mishima Jed Gilbert y quizá Manuel Krug, quizá. Quizá. Una semana en la sala de derivación. Cuando sales, ni siquiera sabes quien eres. ¿Manuel Mishima? ¿Cadge Krug? En cualquier caso, no puedes estar seguro. Caminas como Lloyd, ríes como Nick, te encoges de hombros como Will. Etcétera, etcétera. Todo es nebuloso, un adorable brillo dorado, un amanecer en el desierto, algo así. Sus cabezas siguen dentro de tu cabeza. La tuya dentro de la de ellos. Sólo una semana. Quizá por eso me gusta tanto. Dejar de ser yo por un tiempo. Dejar. Dejar. Dejar. Dejar. Abrir la caja. Salir de un salto. Entrar en ellos.

Ahora estás lleno de ideas raras.

Rebotando en la red de estasis durante 168 horas, Tuong y ellos te abren y saltas fuera y buscas un lugar donde caer, y caes blong y eres Nick Ssu-ma, comiendo perro asado en Taiwan. Al amanecer, en la niebla, con tu tía. Ambos desnudos. Ella te dice, tócame aquí, lo haces, ella se ríe, tiemblas. Tócame otra vez. Ahora tú ríes, ella tiembla. Pechos pequeños, como los de Clissa. Ésta es nuestra noche de bodas. Con este anillo te desposo, señora Ermine Tennyson, muslos de seda, un lunar en la base de la espalda. ¿Sabíais que se acuesta con una androide? Quién iba a pensar que Manuel haría esas cosas. Mirad. Mirad aquí, la ama, está aquí. Cada uno encuentra el amor donde puede. ¿Una androide? Bueno, al menos no se avergüenza, o no habría venido a derivar con nosotros. Una androide. Casi lo hice con una en cierta ocasión, pero no pude. En el último momento. ¿Cómo puedo penetrarla? Como a cualquier otra. No son de plástico, ¿sabéis? Aunque no tengan vello. Parece una especie de incesto. ¿Por qué? Bueno, el padre de Manuel crea a los androides, ¿no?; así que en cierto modo es su hermana.

Muy gracioso. Muy, muy gracioso. Hijo de puta. Pero ¿te gusta hacerlo? Claro que sí. Te lo enseñaré. Aquí. Aquí. Deriva y verás.

Y él salta al otro lado de la red y se desliza por la ranura. ¿Quién es ahora? ¿Jed Ssu-ma? ¿Will Tennyson? Todos somos uno. Hurgando en mis recuerdos de Lilith. No me importa. ¿Cómo voy a guardar secretos? Mis amigos. Mis verdaderos amigos.

Cuando tenía nueve años yo Cadge Foster cogí un sapo lo guisé y me lo comí.

Cuando tenía trece años yo Will Mishima me meé en el suelo de un transmat porque tenía miedo y no quería entrar.

Yo Lloyd Tennyson puse el dedo en la cosa de mi hermana ella once años yo ocho.

Jed Guilbert a los catorce años empujé a un gamma que estaba en una plataforma de carga y cayó desde ochenta metros y se mató le dije a mi padre que había resbalado.

Yo tenía diez años Nick Ssu-ma cuando vi a un beta mirando por la ventana trasera le dije á mi madre os mira a papá y a ti cuando estáis en la cama y mi padre no hizo más que sonreír y mi madre hizo que mataran al beta.

Yo Manuel Krug con casi treinta años engaño a mi esposa Clissa con Alfa Lilith Meson a quien quiero a quien quiero a quien quiero de Estocolmo vive en Birgen Jarlsgaten Alfa Lilith Meson con pechos y muslos y dientes y codos con piel roja a quien quiero a quien quiero a quien quiero sin vello Lilith.

Y derivamos y derivamos y derivamos, y saltamos en la red de estasis y pasamos fácilmente de personalidad en personalidad, flotando, cambiamos de cráneos siempre que queremos aunque así sea más caro, y saboreo el sapo de Cadge y mojo el transmat de Will y huelo a la hermana de Lloyd en mi dedo y mato al gamma de Jed y miento sobre el beta de Nick y todos se acuestan con Lilith y luego me dicen, sí, sí, la verdad es que deberíamos investigar a esas mujeres alfa, eres un bastardo con suerte, Manuel, un bastardo con mucha mucha mucha suerte.

Y la quiero.

A quien quiero.

Y veo todos los pequeños odios y suciedades en sus almas, mis amigos, pero también veo sus fortalezas, las cosas buenas, porque sería terrible derivar y no ver más que los sapos guisados y las meadas en el suelo del transmat. Veo los favores secretos y las modestias y lealtades y caridades. Veo lo buenos que son de verdad mis amigos y me preocupo y me pregunto, qué verán en mí, quizá me odien cuando salgamos de aquí. Derivamos un poco más. Vemos lo que ven en nosotros que nosotros vemos en ellos.

¡Una semana pasa tan de prisa…!

Pobre Manuel, dicen, no sabía que le resultaba tan difícil. Con tanto dinero y se siente culpable porque no sabe qué hacer con su vida. Encuentra una causa, Manuel. Encuentra una causa. Encuentra una causa. Les digo que lo estoy intentando. La estoy buscando.

Y dicen, ¿qué hay de los androides?

¿Vosotros creéis? ¿Qué diría mi padre? Si él no lo aprueba…

No te preocupes por él. Haz lo que creas correcto. Clissa está a favor de la igualdad de derechos para los androides. Deja que Clissa hable con él antes que tú. ¿Por qué va a enfadarse? Ya ha ganado su fortuna con los androides; ahora puede permitirse el lujo de dejarlos votar. Apuesto a que votarían por él. ¿Sabías que todos los androides están enamorados de tu padre? Sí. A veces creo que debe de ser casi una religión para ellos. La religión de Krug. Bueno, tiene sentido, adoran a su creador. No te rías. Tengo que reírme. La idea de un androide inclinándose ante mi padre es una locura. Seguro que tienen ídolos con su imagen, ¿eh?

Te estás apartando del tema, Manuel. Si te preocupa no estar haciendo nada importante, conviértete en cruzado. Igualdad de derechos para los androides. ¡Arriba los androides! ¡Eso, arriba los androides! Eso no es digno de ti. Tienes razón.

Oímos los gongs y sabemos que se nos ha terminado el tiempo.

Salimos de la red. Volvemos a nuestras propias cabezas. Se dice que esto lo hacen con mucho, mucho, mucho cuidado, lo de devolver a cada uno a su propia cabeza.

Por lo que sé, soy Manuel Krug.

Nos hacen salir. Hay una cámara de readaptación al otro lado de la red. Nos sentamos allí tres o cuatro horas, para volver a acostumbrarnos a ser individuos. Nos miramos extrañados. La mayor parte del tiempo, no nos miramos. Alguien se ha estado riendo demasiado a través de mi boca.

En la cámara de readaptación hay más de esos nuevos juguetes, los cubos de aristas redondeadas. El mío me lanza una serie de mensajes.


AHORA SON LAS 09.00 EN KARACHI.

¿ES LA PRIMERA VEZ QUE SE ENCUENTRA A SI MISMO?

PROBABLEMENTE, A SU PADRE LE AGRADARIA TENER NOTICIAS SUYAS.

LAS UNICAS RESPUESTAS FALSAS SON LAS VERDADERAS.

HAN LLEGADO A UN ACUERDO FUERA DE LOS TRIBUNALES.

EN EL PASADO TODOS FUIMOS MUCHO MAS SABIOS.


La máquina me aburre y me asusta. La tiro a un lado. Estoy casi seguro de que no soy Cadge Foster ni Lloyd Tennyson, pero todavía me preocupa el sapo. Iré a ver a Lilith en cuanto salga de aquí. Quizá antes debería hablar con Clissa. Mi padre debe de estar en su torre. ¿Cómo le irá a esa gran estructura? ¿Tendrá pronto mensajes de las estrellas para leer en las noches de invierno?

—Esperamos que vuelvan pronto, caballeros —nos dice el sonriente alfa.

Salimos. Soy ellos. Soy yo. Somos nosotros.

Nos estrechamos las manos con solemnidad. Nos dirigimos a los transmats. Virtuoso, cumplidor, vuelvo con Clissa.

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