9

En Hawk Nest, la naturaleza ha imitado al arte. Según he oído decir, el nombre tuvo antiguamente connotaciones puramente neutrales: fue la metáfora de algún empresario de bienes raíces de alto vuelo, nada más. Sin embargo determinó el carácter del distrito, porque poco a poco Hawk Nest -Nido de Halcón- se convirtió en el hogar de depredadores que es en la actualidad. Un lugar donde todos los hombres son extranjeros, donde cada persona es enemigo de su hermano.

Otros distritos tienen sus barrios pobres, pero Hawk Nest es un barrio pobre. Se me dice que aquí todos viven del saqueo, del engaño, de la extorsión y la manipulación. Una extraña base económica para toda una comunidad, pero quizás funcione bien para ellos.

La atmósfera resulta amenazadora. Las únicas máquinas de policía parecen ser las que patrullan a lo largo de la frontera. Percibo emanaciones de violencia por los rabillos de mis ojos: violaciones y apaleamientos en oscuras calles secundarias, relucir de navajas y gritos ahogados, ocultos festines de caníbales. Quizás sea mi imaginación que trabaja demasiado. Claro que, hasta ahora, no he notado ninguna amenaza directa; las personas con las que me encuentro en la calle no me prestan la menor atención y, en realidad, ni siquiera me devuelven la mirada que les dirijo. No obstante, mantengo mi pistola de calor cerca de la mano, mientras camino por estas afueras llenas de sombras y de edificios deteriorados. A través de ventanas con los cristales rotos, veladas por la suciedad, rostros siniestros me observan. Si soy atacado, ¿tendré que disparar para defenderme? ¡Qué Dios me evite el tener que hacerlo!

Загрузка...