El resto es tedioso, pero simple. Localizo a Holly Borden, que ha comprado un cargamento de libros. La ayudo a transportarlos y regresamos a Hawk Nest. Allí, me refugio debajo de la librería una vez más, mientras, a través de Old Grove, Parley Close, el Mill y posiblemente algún otro distrito, se dirige una llamada al capitán del distrito de Ganfield. Lleva dos días completar el circuito, puesto que las rivalidades entre distritos hacen necesario dar un rodeo. Finalmente, se me pone en comunicación con él e informo de la feliz noticia: tengo el programa en mi poder, aunque he perdido mi pasaporte y se me prohibe cruzar Conning Town.
A través de canales diplomáticos se me facilita un pasaporte nuevo pocos días más tarde, y tomo el tubo de regreso a casa, pasando por Budleigh, Cedar Mall y Morton Court. La situación en Ganfield es horrible: todo sucio y desordenado, muy cercano al punto irreversible del colapso; sus ciudadanos han entrado en un período de éxtasis mortal y esperan plácidamente el final. Pero yo he regresado con el programa.
El capitán elogia mi heroísmo. Seré recompensado, me asegura. Seré ascendido a los puestos más elevados del servicio civil, con la esperanza de llegar incluso al consejo del distrito.
Pero todas estas palabras me producen muy poco placer. El desprecio de Silena sigue gobernando mis pensamientos. Burócrata. Burócrata. Eres un pequeño burócrata.