[1] «Venerable superior», título concedido a grandes personajes.
[2] Una «vara» es igual a 836 milímetros.
[3] «Región de los romanos», denominación equivalente a «Imperio bizantino». Los genoveses distinguen entre Romania bassa (hasta los estrechos) y Romania alta, constituida por los territorios ribereños del mar Negro.
[4] Un «codo» es igual a 418 milímetros.
[5] Ramón conocía el espectacular desarrollo científico sarraceno en la óptica, y había leído las monografías del egipcio Ibn al-Haytam, y su gran obra de conjunto, el Kitab al-manazir, en el que llegaba a resolver complejas ecuaciones cúbicas sobre las trayectorias y comportamientos de la luz; pero lo que ahora tenía delante de sus ojos parecía ir mucho más allá.
[6] El calor del altar dilataba el aire en un depósito colocado debajo, que a su vez presionaba el agua que había en el fondo del depósito; el agua salía por un sifón y hacía descender un recipiente suspendido por unas cuerdas, las cuales hacían girar unos cilindros que coincidían con los ejes de las puertas.
[7] El banquete griego es symposion, es decir, beber insaciablemente. A diferencia del convivium latino al que los occidentales estaban acostumbrados; es decir, convivencia, motivo para reunirse e intercambiar ideas. Las celebraciones griegas, en cambio, eran una auténtica explosión alcohólica.
[8] Capitanes de infantería almogávares.
[9] Cantaban los pájaros al alba, y despertóse el amigo, que es el alba; y los pájaros cesaron su canto, y el amigo murió por el amado, al alba.
[10] Sociedad de acreedores que, en Génova, atendía las indemnizaciones de sus socios por daños sufridos en el extranjero.
[11] Una legua es igual a 6.666 varas.
[12] Fraile.
[13] Espina dorsal del ejército bizantino. Caballo y jinete están completamente cubiertos de armadura, y son casi invulnerables.
[14] Lanza corta.
[15] «Sudeste» para los navegantes mediterráneos.
[16] «Noroeste».
[17] «Comedor de melaza». Término despectivo para referirse a un alano.
[18] Caballos ligeros.
[19] Moneda del rey Carlos I de Nápoles.
[20] Jefe de exploradores almogávar, experto conocedor de caminos y vericuetos; con facultades amplísimas para juzgar sobre los acontecimientos de las incursiones, distribuir el botín, etc.
[21] «Beau Seant», la bandera blanca y negra de los templarios, depositaría del honor de la orden.
[22] «Norte».
[23] «Sur».
[24] Imposición tributaria fijada directamente por el señor feudal. La legislación de la Vieja Cataluña reconocía el ejercicio del ius malentractandi; es decir, el derecho señorial de atormentar, mutilar y de dar muerte a los vasallos de señorío.
[25] Bebida alcohólica a base de leche de yegua fermentada.
[26] Existe en toda la antigüedad una enorme confusión entre el mar Caspio, también llamado mar de los Jázaros, y el mar de Aral, que los antiguos consideraban uno solo. Pero Aristóteles le habló a Alejandro Magno de la existencia en estas regiones de dos mares distintos, llamado uno Hircania (el actual mar Caspio), y el otro Caspia (el mar de Aral), cerrados uno y otro como lagos. Lo que es rigurosamente cierto.
[27] Escrito en Alejandría en el siglo II antes de Cristo, en el que se hablaba de un ingenioso artilugio llamado turbina o molinete de vapor, que constaba de una caldera llena de agua y dos tubos por los que ascendía el vapor. Éste penetraba en una esfera giratoria hueca, provista a su vez de dos tubos de escape por los cuales escapaba el vapor imprimiendo un rápido movimiento a la esfera.
[28] Los inquisidores de la época distinguían entre dos clases de magia: la magia matemática y la magia natural o elemental. En realidad, consideraban que tanto una como otra eran naturales, y ambas podían practicarse sin necesidad de recurrir al diablo. La matemática, por medio de reglas aritméticas y geométricas. La elemental, en cambio, buscaba lograr efectos maravillosos mediante la composición o la unión de ciertas sustancias.
[29] Ramón Llull consideraba la luz como un cuerpo de naturaleza similar al aire; y los cuerpos podían ser de tres clases con respecto a la luz: diáfanos, los que podían ser atravesados por ésta; opacos, en cuya superficie se detenía; y luminosos, los que la producían.
[30] Se refiere a la obra titulada Las maravillas de la naturaleza, que escrita durante el siglo XIII describe muchos animales tropicales, como el orangután y el dugongo.
[31] Los primeros y toscos cañones recibieron este nombre. Ya a mediados del siglo XIV comienza a llamárseles bombardas.