Finalmente, Patrick ha cerrado la boca. Estoy tendido en el frío suelo y trato de dormir para descansar la mente y el cuerpo. No puedo dejar de pensar en Ellis. Por la mañana, decido, seguiré hacia la casa de la hermana de Liz y la buscaré allí. Sólo rezo para no ocurra nada antes de que pueda llegar a su lado.
Por la mañana correré el riesgo de coger un coche para ir más rápido. Me siento fuerte y tranquilo, y estoy preparado para andar el resto del camino pero iré más rápido en coche, aunque esté mucho más expuesto y vulnerable. Ahora no importa. Lo que estoy haciendo parece tan correcto. Con cada minuto que pasa, la vida que he dejado atrás se me antoja más extraña y antinatural. Nunca volvería a ella, aunque tuviera la oportunidad. Sólo querría que Lizzie, Edward y Josh pudieran ser como Ellis y yo.
Fuera hay más ruido. Es de madrugada -las dos o las tres, creo- y hay un flujo constante de ruido que llega desde el centro de la ciudad. Oigo más camiones y helicópteros. Más patrullas descubriendo a la gente. Pase lo que pase mañana, sé que tengo que abandonar este lugar. No quiero permanecer en un mismo sitio durante demasiado tiempo. Seguiré en movimiento hasta que encuentre a Ellis y entonces, cuando la tenga conmigo, huiremos juntos. Encontraremos algún lugar seguro donde haya más gente como nosotros, muy lejos de los que nos odian. Y si no podemos encontrar ningún sitio seguro, entonces mataremos y destruiremos a tantos como podamos. Como ha dicho Patrick, tenemos que matarlos antes de que nos maten.
Ahora voy a dormir y me iré con la primera luz del día.