Y nada más por ahora, les dejo con estas dos novelas cortas de Connie Willis. Y con la promesa de que próximamente, antes de finalizar el año, la encontraremos de nuevo en BELLWETHER, que trata sobre la investigación científica, la teoría del caos y el cuidado de las ovejas… Ahí es nada.
Así finalizaba mi presentación de REMAKE (1995, NOVA ciencia ficción, número 92) hace sólo unos meses. En este lapso de tiempo, BELLWETHER se ha convertido en esta OVEJA MANSA que tienen en las manos. Y debo reconocer que elegir el título no ha sido fácil. Pero de ello ya hablaremos más adelante. Tampoco se trata del número 101 de la colección, sino de otro capicúa, el 99. Cosas que suceden en este mundo caótico en donde vivimos y al que Connie Willis sabe acercarnos cada vez con mayor efectividad.
Nadie duda de que EL LIBRO DEL DÍA DEL JUICIO FINAL (1992, NOVA ciencia ficción, numero 68) es una obra maestra. Se trata de una de las escasas diez novelas que, en toda la historia de la ciencia ficción, han acaparado los mayores galardones del género: el Nebula, el Hugo y el Locus. Un hito importante en la historia del género y el inicio de la bien merecida fama de Connie Willis.
Pero, y creo saber bien por qué, me atrevo a decir que esta OVEJA MANSA, aún en ese formato de comedia que parece intrascendente, está a su altura o, incluso, la supera.
Ya sé que el tono de comedia no favorece la atención y el interés de la crítica. Parece ser que las cosas trascendentes deben decirse siempre de modo trascendente y con una cierta impostación en la voz. Pero eso es un error. Un grave error. Pueden decirse cosas muy serias en forma humorística y, sinceramente, no logro imaginar cómo se podría decir tanto (y de tanto interés) sobre la ciencia y la conducta humana como logra hacer Connie Willis en esta breve novela. La sinopsis argumental es sencilla, demasiado sencilla a primera vista: Sandra Foster estudia las modas, desde las muñecas Barbie al grunge, cómo empiezan y qué significan. Bennett O'Reilly es un especialista en teoría del caos que observa la conducta de un grupo de monos. Ambos trabajan para la corporación HiTek, pero no se conocen hasta que se produce un error en la entrega de un paquete. Es un momento de sincronía (o tal vez de casualidad caótica), que les sumerge en un sistema caótico propio con todo tipo de equívocos, una beca de investigación de un millón de dólares, café con leche, tatuajes, pelo corto, y una serie de coincidencias que dejan a Bennett sin monos, sin dinero y casi sin trabajo.
Sandra acude al rescate aportando un rebaño de ovejas y una idea para un nuevo proyecto conjunto. ¿Qué otro animal podría ilustrar mejor la teoría del caos y la mentalidad de rebaño que tan a menudo caracteriza la conducta humana y su aceptación de las modas? Pero los descubrimientos científicos rara vez son directos y nunca resultan simples. Los contratiempos y desastres abundan, los corazones rotos y los callejones sin salida están a la orden del día. Y las posibles soluciones son escasas.
Pues bien, con mimbres como ésos, Willis teje una narración que se disfruta al leerla y, con el tiempo, se recuerda por lo que puede haber de respuesta en sus especulaciones. Especulaciones y hallazgos que se esconden tras esa capa de humor, pero que me parecen de especial trascendencia e interés.
Unir un estudio sociológico y psicológico en torno a cómo surgen y se adoptan las modas, al moderno estudio de la teoría del caos es una idea que merece atención. Y la que Willis le presta es la que corresponde a una mente inteligente y, según expresión coloquial, maravillosamente amueblada. Y si además eso se logra divirtiendo, el asunto está claro: se trata de esa autora irrepetible que es Connie Willis y de OVEJA MANSA. Una obra presuntamente menor pero que no lo es en absoluto. Algo parecido a lo que ocurría con REMARE.
Debo reconocer que el cóctel que organiza Willis me resulta de lo más atractivo incluso en lo personal. Si REMAKE se centraba en el Hollywood del futuro, OVEJA MANSA se acerca al mundo de la moda, a la teoría del caos y, en definitiva, a la ciencia. Ése es mi mundo.
Por si a alguien le interesa, no sigo las modas (de hecho debo vestir incluso peor que Bennett…), no fumo y no creo en la mitología creada en torno a la ciencia y los científicos. De hecho, por mi profesión, puedo decir que les conozco bastante (formo parte de su comunidad), y les veo más como seres humanos con sus defectos y argucias, y no tanto como esa figura mítica que, tal vez interesadamente, hemos ido difundiendo por ahí.
Pero mucho del quehacer diario de la ciencia se encuentra en OVEJA MANSA, con el valor añadido de mezclar dos mundos científicos que no suelen comunicarse habitualmente en nuestra realidad tan exagerada y tal vez inútilmente especializada. Willis nos acerca a una corporación de científicos, la Hitek, por medio de una investigadora social y un especialista en teoría del caos. No deja de ser una ironía que sean las ovejas el nexo de unión entre esas dos ramas de la ciencia y, en definitiva, de la cultura. Y las reflexiones de Willis hacen pensar…
Para terminar, un comentario sobre el título. «Bellwether», el título en inglés del libro, se refiere a la oveja mansa que guía el rebaño. Algo así como los cabestros en el caso de bueyes y toros. Al final, me he decidido por la traducción casi literal, pero debo decir que Rafael Marín, el traductor de la novela, había sugerido algunos títulos que, aunque no me he decidido a usar, no quiero dejar de dar a conocer. El paralelismo con el conocido «efecto mariposa» de los fenómenos caóticos le sugirió títulos como «El efecto rebaño» o «El efecto mansa». Una buena idea. Aunque, como siempre, la mejor inspiración de Rafael Marín proviene de los clásicos y de ahí esa propuesta irrepetible pero sugeridora de «Genteovejuna». Lamento no haberme atrevido a usarla.
Y, para finalizar, les recuerdo de nuevo que Connie Willis estará en Barcelona el miércoles 10 de diciembre de 1997, ya que ha aceptado ser la conferenciante invitada en la entrega del Premio UPC de Ciencia Ficción 1997 que organiza el Consejo Social de la Universidad Politécnica de Catalunya (teléfono [93] 401 63 43). Gracias a la traducción simultánea, todos los asistentes tendrán ocasión de comprobar la indiscutida calidad y amenidad de Willis como conferenciante y presentadora. Su inteligencia y sentido del humor es algo ya proverbial en el mundillo de la ciencia ficción. Quienes tuvimos la suerte de poder asistir a su «performance» en la entrega de los premios Hugo de 1995 en la Worldcon de Glasgow, somos testigos de eso. Y deseamos oírla de nuevo.
Y también leerla. Por eso les dejo ahora con OVEJA MANSA. Una novela distinta, refrescante y que rezuma inteligencia por los cuatro costados. Que ustedes la disfruten.
MIQUEL BARCELÓ