Prefacio

Hace mucho tiempo, un par de cabezas de chorlito que se llaman Margaret Weis y Tracy Hickman decidieron dejar sus hogares en Krynn y emprender aventuras. Me temo que esos dos tienen algo de sangre kender. Salir a patear otros mundos nuevos y excitantes era superior a ellos.

Pero Weis y Hickman son como los kenders y los céntimos falsos: siempre vuelven. Así que aquí los tenemos de nuevo, preparados para contarnos las cosas maravillosas que están teniendo lugar en Krynn.

Han pasado muchos años desde la guerra. Los hijos de los Héroes han crecido y van en busca de aventuras por un mundo en el que, lamento decirlo, todavía hay peligros y problemas de sobra para todos.

Bien, a medida que leáis estas historias, advertiréis que Weis y Hickman contradicen otros relatos que quizá conozcáis. Algunos de vosotros podríais quedaros más que sorprendidos con sus versiones de la vida pasada de los Héroes; versiones que difieren de otras versiones.

Hay una explicación sencilla.

A raíz de la Guerra de la Lanza, Tanis, Caramon, Raistlin y el resto de los Compañeros dejaron de ser personas corrientes y se convirtieron en Leyendas. Nos gustaban tanto las aventuras de los Héroes que no queríamos que las historias se acabaran. Queríamos que nos contaran más. Para satisfacer la demanda, bardos y tejedores de leyendas acudieron de tocio Krynn para relatar narraciones fabulosas. Algunos de ellos conocían bien a los Héroes. Otros simplemente repetían historias que habían oído de boca de un enano, que a su vez la había oído contar a un kender, quien la había tomado prestada de un caballero, el cual tenía una tía que conocía a los Héroes…

Pilláis la idea, ¿verdad?

Algunas de esas historias son absoluta e indiscutiblemente ciertas. Otras probablemente casi absoluta e indiscutiblemente ciertas, pero no del todo. Y hay otras que son lo que llamamos cortésmente «cuentos de kender», relatos que no son verdad, ¡pero que sin duda resultan desternillantes!

De modo que me preguntaréis: «Fizban, poderoso y gran hechicero, ¿cuáles son unas y cuáles otras?».

Y yo, Fizban, el Poderoso y Gran Hechicero, respondo: «Mientras hayáis disfrutado con ellas, cabezas de chorlito, ¿qué más da?».

Bueno, bueno. Me alegro de que eso haya quedado aclarado.

Bien, id a llenar vuestras mochilas. Meted los pañuelos en el bolsillo. Coged vuestras jupaks. Vamos, nos aguardan montones de aventuras. ¡Venid! ¡Olvidad las preocupaciones! Viajad de nuevo con Weis y Hickman a través de Krynn, aunque sólo sea durante un corto tiempo. No se quedarán mucho, pero tienen planeado regresar.

(¡Quizá la próxima vez me devuelvan mi sombrero!).

Eh… ¿Cómo demonios me llamo? Ah, sí.

Os saluda atentamente,

Fizban el Fabuloso

Загрузка...