Para Richard M. Gotlib
Richard y yo nos conocimos en el instituto, en 1975, y entonces imaginábamos un futuro distinto para nuestras vidas. Pero una cosa estaba totalmente clara: por muchos años que pasaran, siempre seríamos amigos. Ahora, un cuarto de siglo después, me encanta poder decir que al menos eso resultó exactamente como estaba planeado.