APÉNDICE D ACERCA DE LAS TEORÍAS SOCIALES DE TSAI AMA UL

En su mayor parte, el Pueblo ha asumido el hecho de que su conducta se atiene a la naturaleza, la razón y la religión. Pero algunos eruditos (no muchos), después de conocer a la humanidad, empezaron a preguntarse si la homosexualidad era inevitable. En tal caso, ¿cómo podrían explicar la conducta humana? (La religión del Pueblo es rigurosamente monoteísta, y es una ofensa a la Diosa sugerir que ella crearía deliberadamente personas perversas o malvadas, o eso argumentan estos eruditos «radicales».)

La pensadora más radical del «problema humano» es Tsai Ama Ul. Lo que sigue es una sinopsis de sus teorías. Es preciso recordar que la mayoría de los eruditos y científicos discrepan con ella.

En primer lugar, la mujer de Tsai Ama señala la extraordinaria semejanza de las dos especies. Ambas son de sangre caliente y tienen pelo, cuidan de sus hijos y producen leche para alimentarlos. En ambas hay miembros de los dos sexos, aunque ésta parece ser la norma del universo. Sus cuerpos son casi idénticos: una cabeza, cuatro extremidades, cinco dedos. Sus órganos son similares. Casi todas las diferencias importantes son de ámbito celular y molecular. A simple vista, las dos clases de personas se parecen.

Y tienen historias parecidas. Ambas poseen antepasados arbóreos. De éstos han heredado las manos prensiles y la visión bifocal. Probablemente las pupilas hendidas de los hwarhath se deben a antepasados de vida nocturna.

Los miembros de ambas especies son bípedos. La razón de esto es incierta. Los humanos creen que sus antepasados se trasladaron de los árboles a las planicies cubiertas de hierba, donde tenían que mantenerse erguidos con el fin de ver los peligros por encima de la vegetación.

Los hwarhath no están tan seguros. Tienen un pariente cercano que aún sobrevive: la Población Red, que habita cuatro islas en la Gran Cadena del Sur. La Población Red camina erguida, aunque en las islas donde vive no hay demasiada vegetación. Algunos científicos afirman que la Población Red desarrolló su actual fisiología en el campo abierto y luego retrocedió a los bosques, cuando el Pueblo comenzó a proliferar y a expandirse. (Existen algunas pruebas de que los miembros del Pueblo solían asesinar a la Población Red. Se han encontrado huesos de individuos de la Población Red mezclados con huesos de otros animales en los primeros campamentos del Pueblo.) Poco a poco, la Población Red emigró hacia el sur de la cadena de islas, que en aquel momento debían de ser un puente de tierra. Cuando subió el nivel del agua, quedaron aislados y protegidos.

Otros científicos creen que tanto la Población Red como el Pueblo evolucionaron en los bosques, o en sus márgenes. La Población Red nunca pudo adaptarse a ningún otro entorno, argumentan estos científicos, y han logrado sobrevivir sólo en unas cuantas zonas aisladas: por ejemplo, las islas-bosque del sur.

Existe una última y notable semejanza entre el Pueblo y los humanos. Ninguna de las dos especies tiene época de apareamiento. Las hembras no tienen época de celo. Hombres y mujeres demuestran un interés sexual continuado y difuso. No son necesarias señales especiales. Los objetos de deseo son diversos. La sociedad, y no la biología, decide cuáles son apropiados.

Entonces, se pregunta Tsai Ama Ul, ¿por qué dos especies con una fisiología y una historia casi idénticas desarrollan dos clases diferentes de conducta sexual?

La respuesta reside en la función del sexo y especialmente en el interés sexual no específico y constante que caracteriza al Pueblo y a los humanos.

Lo primero que hay que comprender, dice Tsai Ama Ul, es que el sexo tiene poco que ver con la procreación.

Si el propósito del sexo fuera la procreación, entonces los miembros del Pueblo y los humanos tendrían una época de apareamiento. Esto es perfecto para la mayoría de animales. Lleva a su punto máximo la competición y la selección; asegura que la mayoría de las crías nacen en la época del año en que tienen probabilidades de sobrevivir; y evita a los adultos el estorbo del sexo. Durante la mayor parte del año no tienen que pensar en él. Pueden concentrarse en ganarse el sustento y criar a sus hijos.

¿Entonces por qué el Pueblo (y la humanidad) desarrollaron su interminable interés en el sexo? ¿Cuál es la ventaja evolutiva?

Evidentemente, dice la mujer de Tsai Ama, sirve para mantener al Pueblo (y a la humanidad) constante e intensamente interesado en sus semejantes.

La mayoría de las comunidades basan su desarrollo en el parentesco, por lo general en grupos compuestos por madres e hijos o hermanos. Esto es así, por poner un par de ejemplos de la Tierra, en las manadas de elefantes o en las colonias de termitas.

Pero el problema que presenta al parentesco como base de una comunidad es doble:

1. Existen límites de tamaño, al menos para los animales mamíferos y pseudomamíferos. Esas criaturas no engendran familias muy numerosas. Es posible extender el concepto de parentesco más allá de la familia inmediata, y tanto el Pueblo como la humanidad lo ha hecho mediante la adopción y los cruces, y ampliando la idea de familia hasta que ésta se convierta en el linaje hwarhath y el clan o tribu humana. Pero para eso se requiere el pensamiento abstracto. Uno ya no responde a la memoria ni a las percepciones de la semejanza genética. La mujer de Tsai Ama no cree que el concepto de familias ampliadas fuera un concepto remoto.

2. El parentesco no da a las personas ninguna forma de relacionarse con desconocidos y con otras comunidades. Pero el sexo y el amor sexual permiten a la gente estar interesada en todos los demás. Las comunidades pueden tener cualquier tamaño. Siempre es posible integrar gente nueva.

Los que hacen preguntas acerca de la religión podrían sentirse inclinados a preguntar en qué estaba pensando la Diosa cuando utilizó un juego de órganos y un grupo de hormonas para dos propósitos tan diferentes. Pero, como señala la mujer de Tsai Ama, la Diosa es famosa por utilizar todo lo que tiene a su alcance; la evolución está plagada de raras transformaciones; y nadie ha sido capaz jamás de descifrar lo que está pensando la Diosa, si es que está pensando en algo.

Así, un impulso destinado a la procreación se convirtió en una forma de unir al Pueblo. Pero esto ocasiona un problema: si la gente está constantemente ocupada en desarrollar una conducta heterosexual, producirá hijos, y es probable que produzca más hijos de los que quiere o puede mantener.

¿Qué se puede hacer?, pregunta la mujer de Tsai Ama.

Según Ul, los humanos encontraron una solución y la encontraron muy pronto: como máximo, en el período neolítico. Había tres formas de control de la población humana. Una era el infanticidio y, sobre todo, el asesinato de las criaturas del sexo femenino. (Si se quiere limitar la población, tiene mucho más sentido asesinar a las hembras que a los machos.) Un segundo recurso era el control y la limitación de la sexualidad femenina. Con este fin, las mujeres deben ser esclavizadas, al menos en cierta medida. (¿Y en qué sentido, pregunta Tsai Ul, puede ser parcial la esclavitud? La esclavitud es la esclavitud, un concepto terrible hasta lo inimaginable. Un poco de esclavitud es como un poco de incesto.) El último recurso es la sistemática devaluación de la vida de las mujeres y las criaturas del sexo femenino. Esto puede ser un resultado del infanticidio y de la esclavitud de las mujeres. Los humanos, al igual que los hwarhath, necesitan sentir que su conducta es adecuada. Si uno perjudica a otras personas, necesita una justificación: las personas a las que uno daña son malas o en realidad no son personas. Como resultado de esta devaluación, las mujeres del género humano y las criaturas del sexo femenino han sido sistemáticamente subalimentadas y obligadas a trabajar excesivamente.

Esto también contribuye a reducir la población. Una mujer agotada y desnutrida tiene menos probabilidades de dar a luz a un niño sano o de sobrevivir al parto.

Todo esto es increíblemente horrendo, dice Tsai Ama Ul. Pero funcionó mejor que cualquier otra cosa, aunque no tan bien como la solución del Pueblo: convertir la heterosexualidad en un tabú, salvo con el fin de la procreación.

¿Por qué los humanos utilizaron el asesinato y la opresión de las mujeres para el control demográfico? ¿Por qué los hwarhath utilizaron la conducta sexual decente?

Existe una diferencia importante entre las dos especies. Entre los humanos, los machos son más grandes y más fuertes que las hembras. Entre los hwarhath ocurre todo lo contrario. Tsai Ama Ul afirma que entre los miembros del Pueblo, las mujeres siempre han controlado los apareamientos, mientras que, entre los humanos, lo más probable es que fueran los machos quienes decidían cuándo tener relaciones sexuales.

(El argumento de Tsai Ama Ul es más complicado que eso. Entre la mayoría de los miembros del Pueblo, la diferencia de tamaño entre los hombres y las mujeres no es tan notoria. Son casi iguales en estatura y fuerza, aunque las mujeres suelen ser más altas que los hombres y tienen tendencia a engordar al llegar a la mediana edad, lo que no ocurre con los hombres. La mujer de Tsai Ama afirma que el dimorfismo sexual entre los miembros del Pueblo ha disminuido con el paso del tiempo. En parte lo argumenta basándose en restos fósiles, aunque no siempre es posible determinar el sexo de los huesos. También se basa en la «antropología». En la Población Red, cuyos miembros son muy similares a los antepasados premorales del Pueblo, la diferencia de tamaño entre hombres y mujeres es notoria. Las mujeres Red son mucho más grandes que sus hombres y controlan decididamente el apareamiento. Y existe un grupo entre los miembros del Pueblo con una serie de diferencias fisiológicas y genéticas [y tal vez intelectuales] que lo distinguen del resto de la especie. Los miembros de este grupo suelen tener cuerpos anchos, brazos y piernas cortos, crestas prominentes y rostros más chatos de lo normal. Son legendarios por su dureza y producen grandes soldados, políticos y granjeros, pero parecen tener carencias en cuanto a la creatividad y a la imaginación. Casi nunca producen un artista grandioso o un pensador realmente original. Muchos de los linajes del Gran Continente del Sur pertenecen a este grupo que [afirma la mujer de Tsai Ama] es en realidad una subespecie que ha conservado una serie de rasgos primitivos. Entre estos rasgos primitivos se cuenta un marcado dimorfismo sexual. En este grupo [que incluye a los Ettin y a los Gwa], las mujeres son significativamente más grandes que los hombres. Fueron personas como éstas, que tal vez incluso pertenecían a esta subespecie, las que crearon la cultura original de los hwarbath y establecieron el control femenino del apareamiento. Las mujeres hwarbath jamás han perdido este control.)

Ésta es una teoría sumamente polémica. La mayoría de los científicos colegas de Tsai Ama Ul piensan que es completamente errónea.

Los machos de la especie humana no estaban dispuestos a renunciar a la heterosexualidad. El motivo no está claro para Tsai Ama Ul. No resulta especialmente atractivo. Tal vez se debiera a la fuerza de la costumbre, o a la intensidad de los impulsos animales.

Las mujeres hwarhath no estaban dispuestas a perder a sus hijos o el derecho a controlar sus propios cuerpos y sus vidas. Así (afirma la mujer de Tsai Ama), limitaron la población negando a los hombres el acceso al sexo.

En consecuencia, se desarrollaron dos estilos diferentes de crianza de los hijos. El Pueblo limitó estrictamente el número de hijos e hizo todos los esfuerzos posibles por alimentarlos y cuidarlos. También se esforzó en alimentar y cuidar a sus mujeres. No existen niños sanos sin madres sanas.

Los humanos utilizaron la pobreza, la opresión y la violencia en el seno de la familia para limitar su población. Al final, esta técnica no funcionó.

Los hwarhath trazaron una clara distinción entre el sexo como forma de procreación y el sexo como expresión de afecto o diversión. Este último fue estimulado. El primero se controló cuidadosamente. En general, lograron mantener la violencia apartada del seno familiar. Establecieron un límite definido entre los-que-luchaban-y-mataban y los-que-eran-alimentados-y-amados.

Según Tsai Ama Ul, las mujeres del Pueblo hacían esto racionalmente. No era «natural». Para probarlo, ha buscado ejemplos de heterosexualidad-con-un-propósito-distinto-al-de-la-procreación entre los hwarhath.

Hasta ahora ha reunido más de un millar de ejemplos tomados de la historia y de la etnografía, incluyendo sociedades enteras predominantemente heterosexuales y que llegaban —en algunos casos— a imponer sanciones por conducta homosexual. Los informes sobre estas sociedades proceden de fuentes históricas. Ninguna de ellas ha sobrevivido hasta los tiempos modernos. Se dan varias razones: a) sus poblaciones crecieron hasta convertirse en un problema para sus vecinos, que las destruyeron; b) controlaron sus poblaciones como los humanos, mediante el infanticidio o la esclavitud de las mujeres, y esto enfureció a sus vecinos, que las destruyeron, o (en varios casos registrados por historiadores) sus mujeres se marcharon llevándose a los hijos.

Eran más comunes las sociedades que permitían una conducta heterosexual limitada, por lo general en fiestas y casi siempre con propósitos religiosos.

Ha habido sociedades que permitían la heterosexualidad entre los niños, pero la prohibían cuando las niñas empezaban a menstruar, por lo general entre los quince y los veinte años de edad.

Otras sociedades permitían cierto número de «perversos autorizados»: personas a las que les estaba permitida una conducta heterosexual siempre y cuando se vistieran con una ropa característica y actuaran de forma curiosa (y a menudo burlándose de sí mismas). Los hijos de estos perversos eran apartados de sus progenitores durante la infancia y educados por parientes, a la manera tradicional. La mayoría de ellos se convertían en miembros homosexuales y productivos de la sociedad, aunque no solían llegar a ser padres. Su material genético resultaba sospechoso.

Estas formas limitadas de conducta heterosexual sobrevivieron hasta el pasado reciente, aunque sólo en zonas remotas. La mujer de Tsai Ama afirma que es posible que aún persistan. No hay pruebas indudables de ello.

Tsai Ama Ul también ha encontrado pruebas de muchos cultos y subculturas heterosexuales secretas. La religión de la Oscura Diosa, que floreció en el Gran Continente del Norte en la Era de las Alianzas en Guerra, parece haber tenido un claro componente heterosexual. Los enemigos de la religión sin duda acusaron a sus seguidores de realizar prácticas sexuales indecentes, así como sacrificios de niños. Puede que sean mentiras de sus detractores, pero es casi seguro que la propia Oscura Diosa tuvo un consorte o gemelo masculino y que sus ceremonias religiosas eran dirigidas por una pareja de «Madre» y «Padre».

La Oscura Diosa fue eliminada al final de la Era de las Alianzas en Guerra por las Diez Heridas Unidas, conducidas por Eh Manhata, conocido históricamente como la «Espada Sangrienta de Eh». La extrema brutalidad de la supresión y la destrucción de muchos archivos de esa época sugieren que los seguidores de la Oscura Diosa estaban haciendo algo particularmente horrendo.

Las Diez Heridas Unidas fueron el comienzo del sistema de alianzas que condujo primero a la Trama de Linajes y finalmente al Tejido. Tsai Ama Ul sugiere que la extrema heterofobia (como ella la llama) de la sociedad moderna surge de las Diez y de la Lucha contra la Oscura Diosa. Cree que sobre todo Eh Manhata es el origen, y que puede existir alguna relación entre su famosa violencia y sus odios igualmente conocidos por cualquier clase de desviación. «Ningún hombre en la historia ha sido más moral, piadoso y destructivo», dice la mujer de Tsai Ama.

No cabe duda de que muchas sociedades anteriores eran más tranquilas y permisivas. Por supuesto, como también señala la mujer de Tsai Ama, el mundo estaba más vacío. El Pueblo podía permitirse el lujo de tener algún hijo no previsto.

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